Waiting For You

Cumpleaños

Otro cumpleaños más. Solía disfrutar de estos días, de la pequeña emoción de ser el centro de atención por un rato, rodeada de amigos, recibiendo llamadas y mensajes de felicitación. Pero en los últimos años, mis cumpleaños han sido silenciosos, solitarios. Una rutina a la que me he acostumbrado, al igual que a muchas otras cosas.

Me levanto temprano, no porque tenga planes, sino porque mi cuerpo se siente débil y pesado. Desde la mañana, me siento agotada. Los cólicos comenzaron justo cuando me desperté, un recordatorio cruel de que a veces la vida no te da tregua ni siquiera en tu día especial. Me preparo una taza de té de jengibre, algo que suele ayudar a calmar los calambres, y me envuelvo en una manta en el sofá.

El apartamento está tranquilo, demasiado. Es una paz que normalmente agradezco, pero hoy solo me hace sentir más sola. Mientras miro por la ventana y contemplo el día lluvioso, mi teléfono suena con un mensaje.

Yeonjun: "¡Feliz cumpleaños, Yunie! 🎂🎉 Espero que tengas un día genial. Nos vemos pronto."

Sonrío ante su mensaje, pero es una sonrisa cansada. Sé que los chicos están ocupados con grabaciones y promociones; no espero mucho más que mensajes de texto. Yeonjun siempre ha sido un buen amigo, pero no quiero importunarlo con mi soledad. Respondo agradeciéndole y le digo que lo veré pronto.

La tarde pasa lentamente. Mi dolor no disminuye, y cada hora parece más larga que la anterior. Me acurruco en el sofá con una bolsa de agua caliente, tratando de encontrar una posición cómoda. Decido ver una película, algo que me distraiga, pero mi mente sigue regresando a esos pensamientos oscuros que a veces son difíciles de sacudir.

Estoy tan absorta en mi malestar y en la película que casi no escucho los golpes en la puerta. Me toma un momento darme cuenta de que alguien está tocando. Me levanto lentamente, ajustando mi manta alrededor de mí y abro la puerta.

Yeonjun está ahí, de pie, con una gran sonrisa en el rostro y un pastel de cumpleaños en las manos. El solo verlo hace que mi corazón se sienta un poco más ligero.

—¡Sorpresa! —exclama, su sonrisa aún más brillante—. ¡Feliz cumpleaños, Yunie!

Me quedo boquiabierta por un momento. Pensé que él estaría ocupado todo el día. Incluso le envié un mensaje de vuelta diciendo que no se preocupara.

—Yeonjun... ¿qué haces aquí? —pregunto, sorprendida y con una sonrisa que se forma lentamente.

—No podía dejar que pasaras tu cumpleaños sola, ¿verdad? —responde, levantando el pastel—. Vine directo después de la grabación. Me las arreglé para escapar.

Siento un calor en mi pecho. A veces olvido lo considerado que puede ser. Pero antes de que pueda decir más, Yeonjun me observa más de cerca, su expresión cambiando a una de preocupación.

—Yunie, ¿estás bien? No pareces muy animada... —dice, inclinando la cabeza.

Intento poner una sonrisa tranquilizadora, pero sé que no es convincente. No puedo mentirle, no a él.

—Estoy bien... bueno, un poco cansada. Solo... cólicos. —No quiero hacer un gran escándalo por eso. Es solo mi periodo, algo por lo que las mujeres pasamos todo el tiempo.

Yeonjun frunce el ceño y deja el pastel en la mesa de entrada.

—¿Cólicos? —repite, sonando más preocupado de lo que esperaba—. ¿Por qué no dijiste nada? No deberías estar sola si te sientes mal.

—No quería preocuparte —respondo, encogiéndome de hombros—. Sé que tuviste un día largo.

Él no me deja terminar. De inmediato, me quita la manta y se acerca, mirándome con seriedad.