Una Conversación Pendiente

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El aire en la sala de ensayos se sentía espeso, cargado de todas las emociones no dichas y los sentimientos reprimidos que Jimin y yo habíamos estado evitando durante mucho tiempo. El silencio entre nosotros era ensordecedor después de nuestra confrontación inicial. Los miembros del staff ya habían salido, dejándonos a solas, pero sabía que este no era el lugar para desenterrar todo lo que había quedado en el pasado.

Jimin me miraba con una mezcla de arrepentimiento y determinación en sus ojos. Podía ver que él también estaba procesando lo que acababa de decir, dándose cuenta de que esta conversación iba a ser más larga y profunda de lo que habíamos anticipado.

—Aquí no es el lugar para esto, Soo-Yun —dijo finalmente, su voz suave pero seria. Asentí, de acuerdo con él. Hablar de nuestra relación en un lugar tan público y con tantos recuerdos de nuestro tiempo juntos no era lo adecuado.

—Sí, tienes razón —respondí, tratando de mantener la calma en mi voz a pesar de la tormenta de emociones que estaba sintiendo—. Quizás deberíamos ir a un lugar más privado.

Jimin me miró con una breve vacilación antes de sugerir:

—Podemos ir a mi departamento. Estaremos más tranquilos ahí y podremos hablar sin interrupciones.

A pesar de lo nerviosa que me sentía, sabía que necesitábamos esto. Asentí y lo seguí fuera de la sala de ensayos. Caminamos en silencio por los pasillos del edificio de HYBE, ambos perdidos en nuestros pensamientos. Podía sentir la tensión en el aire, y sabía que él también podía.

Nos dirigimos al estacionamiento subterráneo, donde Jimin tenía su auto. Subimos al vehículo y el trayecto hacia su departamento se sintió interminable. Nadie habló. Ambos estábamos demasiado inmersos en nuestras propias reflexiones. Podía ver sus manos apretadas en el volante, su expresión de concentración mezclada con preocupación. Yo, por mi parte, no dejaba de recordar ese día en el estudio de J-Hope, el día en que todo cambió.

Cuando llegamos a su departamento, Jimin me dejó entrar primero, cerrando la puerta detrás de nosotros. Su hogar tenía un aire tranquilo, casi acogedor, que contrastaba con la tensión que había entre nosotros. La última vez que estuve aquí, éramos una pareja. Habíamos pasado innumerables noches riendo, hablando, compartiendo sueños. Y ahora, el mismo lugar se sentía como un territorio desconocido.

Jimin dejó escapar un suspiro profundo, como si estuviera tratando de sacudir los nervios. Caminó hacia la cocina y nos sirvió un vaso de agua a cada uno antes de invitarme a sentarme en el sofá. Acepté el vaso con un agradecimiento silencioso y me senté, esperando a que comenzara.

—Soo-Yun, lo siento por lo que pasó en la sala de ensayos. No quería que sonara como una discusión —comenzó, con los ojos fijos en los míos—. Pero creo que hemos estado evitando esta conversación durante demasiado tiempo.

Asentí lentamente, sintiendo un nudo en mi garganta. Sabía que tenía que ser honesta ahora, más que nunca.

—Yo también lo siento —respondí—. Pero necesitaba saber por qué fue tan fácil para ti dejarme ir. Después de todo lo que compartimos, parecía que tomaste esa decisión sin dudar. Y después de escuchar tu conversación con J-Hope... —mi voz se quebró un poco— me sentí... insignificante.

Jimin cerró los ojos por un momento, como si estuviera tratando de encontrar las palabras correctas.

—No fue fácil, Soo-Yun. Te prometo que no lo fue. Pero había tantas cosas pasando en ese momento... La presión de los fans, las expectativas, los comentarios, los rumores, los planes del servicio militar... Me hicieron dudar de todo, incluso de nosotros.

Bajé la mirada, recordando cada palabra de esa conversación que había escuchado sin querer.

—¿Y por eso no querías hacer pública nuestra relación? —pregunté, mis palabras saliendo antes de que pudiera detenerlas—. Porque pensabas que no valía la pena lidiar con todo eso, conmigo. Yo espere a que tu estuvieras listo, nunca me precipite a nada.

Waiting For YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora