Waiting For You

Un Nuevo Comienzo Tentativo

Los días después de la cena de barbacoa y la noche de karaoke habían traído un cambio sutil en la atmósfera entre Jimin y yo. Las tensiones que una vez se habían sentido tan pesadas parecían haber comenzado a desvanecerse, dejando espacio para algo más ligero, casi como una especie de tregua silenciosa. Ambos sabíamos que había un pasado complicado entre nosotros, pero por alguna razón, parecía que estábamos listos para dejarlo ir y empezar de nuevo, o al menos intentarlo.

Una mañana, mientras me dirigía al estudio para revisar algunos arreglos que había estado preparando para BTS, me encontré con Jimin en el pasillo. Había algo diferente en su expresión, una especie de determinación tranquila que no había visto en él en un tiempo. Nos detuvimos frente al estudio y, por un momento, simplemente nos miramos.

—Soo-Yun, he estado pensando —dijo finalmente, su tono suave pero firme—. Creo que es hora de que intentemos ser amigos de nuevo, de verdad.

Sentí mi corazón latir un poco más rápido. Sabía que había un peso en sus palabras; ambos habíamos pasado por mucho, y aunque las conversaciones recientes habían ayudado a aclarar algunas cosas, aún había una tensión no resuelta entre nosotros.

—Creo que tienes razón —respondí lentamente, asintiendo—. No podemos seguir como estábamos, atrapados en el pasado. Me gustaría intentar ser amigos también.

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, y pude ver una chispa de alivio en sus ojos.

—Entonces, ¿empezamos de nuevo? —preguntó, extendiendo su mano hacia mí como si estuviéramos conociéndonos por primera vez—. Hola, soy Jimin.

Me reí, sintiéndome un poco más ligera de lo que había estado en semanas. Tomé su mano con una sonrisa.

—Encantada, Jimin. Soy Soo-Yun. Espero que podamos llevarnos bien.

Ambos nos reímos, y la tensión que había estado en el aire pareció disiparse un poco más. Había algo refrescante en la simplicidad de ese gesto, como si al decidir empezar de nuevo, estuviéramos dando un paso importante hacia adelante.

Entramos al estudio juntos, y sorprendentemente, la dinámica se sintió mucho más cómoda. Comenzamos a trabajar en algunas pistas que estaban en proceso de producción para el próximo lanzamiento de BTS. Jimin siempre había sido perfeccionista con sus grabaciones, pero esta vez, en lugar de sentirse tenso o distante, había una facilidad en la forma en que colaboraba.

Mientras Jimin grababa algunas voces, noté que había una energía diferente en el aire. Cada vez que terminaba una toma, giraba en la silla y me miraba con una sonrisa, esperando mi retroalimentación. Ya no se sentía como una competencia o una lucha por ser escuchados; en cambio, había una camaradería que se estaba construyendo lentamente.

—¿Qué piensas de esta toma? —preguntó después de una versión particularmente emocional de la canción en la que estábamos trabajando.

Escuché de nuevo, con atención a los detalles, y asentí.

—Fue buena, pero creo que podrías jugar un poco más con la dinámica en el segundo verso. Tal vez algo más suave al principio y luego llevarlo a un crescendo. Podría darle más emoción —sugerí, observando su reacción.

Jimin me miró, considerando mis palabras, y luego asintió.

—Me gusta esa idea. Vamos a intentarlo.

Cada vez que hacíamos ajustes, Jimin no solo escuchaba, sino que también daba sugerencias y comentarios que ayudaban a mejorar el proceso. Había una sinergia que no había estado presente antes, una sensación de que ambos estábamos trabajando juntos hacia un objetivo común.