Jinx: El adiós de Powder

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Capítulo 48

JinxP̷o̷w̷d̷e̷r̷

"Hola de nuevo, tenía tiempo que no escribía aquí, ¿eh? Es solo que he estado muy ocupada, obviamente ya lo sabes, ustedes los muertos pueden vernos o alguna mierda así, qué extraño. La cosa es que todo ha cambiado un poco por aquí, Pa.

Sí, he continuado con nuestro plan, mi plan ahora. Sevika me ayuda siempre y Ekko ahora está de mi lado, como ya sabías. Pero hay algo más, esta historia es divertida. Resulta que un día fui a hacer los recados de Sevika y regresé con una niña. Me la quedé y ahora es mía.

No me reproches, claro que sé que no es un juguete. La verdad, no sé cómo explicarlo, pero Isha... hay algo en ella. ¿Puedo ser honesta contigo? Bien, me recuerda a mí misma, aquella pequeña que encontraste llorando frente al fuego esa noche, sola y sin nadie. Así que la recogí y ahora ella es importante para mí.

Me sigue a todos lados y me ayuda en lo que puede y entiende, aunque es muy inteligente. Dice que quiere ser como yo, incluso actúa igual a veces. Sevika ha empezado a tratarla bien y con Ekko suele llevarse genial. Las voces no suelen molestarme tanto ya. Se siente bien, ella me hace sentir así.

Bueh, qué cursi todo, paremos ahí. Respecto a Piltover, he estado trabajando, claro. He disminuido mi ritmo gracias a que tengo deberes importantes: j̷u̷g̷a̷r̷ ̷c̷o̷n̷ ̷I̷s̷h̷a̷, manejar Zaun. Pero estamos protegidos, solo esperando. Sigo pensando en si atacar o esperar su primer golpe.

Aunque... siendo sincera, no me malinterpretes, quiero verlos acabados, destruidos, a Caitlyn de rodillas frente a mí pidiendo piedad y a mi hermana traidora suplicando por perdón. Pero... está Isha, y yo... no quiero ponerla en peligro. Es raro, lo sé, pero sé que me entiendes.

Por ahora no tengo nada más que contarte y me tengo que ir, Isha quiere que juguemos juntas. Te quiero, todo está yendo un poco mejor ahora. Gracias, Pa."

—Bueno, he terminado —informé, dejando el diario a un lado y centrándome en la pequeña frente a mí nuevamente—. ¿En qué estábamos?

Ella río ligeramente y rodó los ojos antes de comunicarse de aquella forma que me llenaba de ternura: "Íbamos a jugar, luchas, luchas, luchas". Parecía emocionada, y eso solo me sacó una sonrisa.

—En ese caso, prepárate, es hora de la mejor batalla que nunca tuviste en la vida —presumí, levantándome del suelo y sacudiendo mi ropa ligeramente.

Tomé mi cepillo de peinarme y unas orejas de conejo para ella, colocando la diadema en su cabeza adornando sus mechones. Movió la cabeza ondeando las orejas blancas, y una sonrisa apareció en su rostro.

Apagué las luces del lugar, dejándolo solo iluminado por las luces en movimiento de color rosa.

Isha se sentó justo frente a mí, aplaudiendo emocionada. Sonreí, lista para comenzar, pero su mano jalando de mi pantalón me detuvo.

—¿Pasa algo? —pregunté, agachándome a su altura.

Ella negó con la cabeza pero empezó a comunicarse con una sonrisa retadora en el rostro: "Quiero apostar. Si gano, obtengo algo y si pierdo, tú obtienes algo."

Solté una carcajada en respuesta a su propuesta y ella solo se cruzó de brazos, pero aún seguía mirándome con reto en los ojos.

—Mírate nada más, toda una apostadora —reí, revolviendo su cabello—. Bien, ¿Qué obtengo si gano?

Corazones enemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora