Madres Torpes, una bebé Perfecta: Extra

580 43 851
                                    

¡Extra!

Caitlyn.

Aceptar el proyecto de Jayce fue un paso que nunca imaginé tomar tan pronto, pero ahora que Vi y yo estábamos decididas a formar una familia, todo se sentía... correcto. Claro, el proceso no era tan simple como podría haber sido en otras circunstancias. Pero este era un paso que quería dar, y lo haría junto a la mujer que amaba.

El laboratorio de Jayce, aunque frío y lleno de tecnología, ahora tenía una sensación diferente, más íntima. Estábamos sentadas en una de las mesas de trabajo, mientras él organizaba los frascos, jeringas y todo lo necesario para iniciar el proceso.

Vi, por su parte, caminaba de un lado a otro de la habitación, nerviosa, inquieta, como si estuviera a punto de saltar por una ventana.

—¿Estás bien, cielo? —le pregunté, intentando sonar tranquila, aunque su actitud empezaba a preocuparme un poco. Vi me miró, sus ojos más abiertos de lo normal.

—Sí, sí. Todo bien... solo que... ya sabes, inyecciones. —Trató de reírse, pero fue un sonido forzado. Jayce no pudo contenerse y soltó una carcajada.

—Vamos, lesbiana, no me digas que le tienes miedo a una pequeña aguja.

—No es miedo —protestó Vi, cruzando los brazos—. Solo que no veo por qué tenemos que hacer esto de esta forma. ¿No hay otra manera? Algo menos... invasivo. No quiero que Caitlyn sufra.

—¿Espera... yo? —pregunté algo perdida. Violet me miró como si fuese obvio.

Sabíamos que queríamos hacer esto e incluso la decisión ya estaba tomada, pero aunque parezca difícil de creer, no habíamos hablado de quién realizaría todo el proceso y al final tendría al bebé.

—¿Me imaginas a mí con una panza del tamaño de tres sandías? No, mujer, a ti seguro que te luce más —insinuó guiñándome un ojo. Jayce y yo intercambiamos una mirada divertida.

—Esto es lo menos invasivo posible, Vi —le explicó Jayce, todavía sonriendo—. Y, además, es seguro. El proceso es algo nuevo, pero con las mejoras de Hextech, las inyecciones contienen un compuesto que estimula el cuerpo de la portadora para que pueda concebir de manera artificial. Es lo más cercano a un embarazo natural que podemos ofrecer.

—No me importa lo seguro que sea —Vi respondió rápidamente—. No me vas a pinchar con eso. Mejor a Caitlyn, y yo le sostengo la manito —señaló la jeringa con una mezcla de disgusto y pánico.

No pude evitar soltar una risa. Vi, la misma mujer que enfrentaba criminales sin pestañear, que se lanzaba a peleas sin pensarlo dos veces, estaba nerviosa por una simple inyección.

Me acerqué a ella, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura, y apoyé mi cabeza en su pecho.

—Cariño... no es para tanto. Si tú no quieres, yo lo haré.

—¿En serio? —Vi me miró como si le hubiera quitado un peso de encima, pero su expresión también mostraba sorpresa—. ¿Estás segura? Estaba bromeando antes.

—Sí, estoy segura. —Le sonreí, dándole un beso en la mejilla—. Además, una pequeña parte de mí siempre quiso... ya sabes, ser madre. Y si este es el camino para que formemos nuestra familia, estoy dispuesta.

Jayce asintió, todavía sonriendo, mientras preparaba la primera dosis.

—Es bastante simple. Necesitaremos aplicar las inyecciones periódicamente durante un par de semanas para que el cuerpo de Caitlyn esté completamente listo. Luego, haremos la implantación del embrión.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Corazones enemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora