Estaba con Mariela sentadas en el patio de la escuela recapitulando lo que pasó el fin de semana como habitualmente lo hacíamos.
—que lindo que tu viejo allá hecho eso shei, me pone re feliz que este cambiando por vos— decía mientras mi mirada estaba fija en un pibe del cole que estaba jugando un partidito a metros nuestro.
—yo iba a ver a Carlos ayer pero estaba feo y mi viejo ya sabes como es, no me dejó salir.—ah, yo lo vi al negro ayer. Fuimos a la canchita a patear un rato con el otro— comenté miradola de una vez.
—¿otro? ¿Danilo? — pregunto sin entender de quién se trataba "el otro".
—si ese— respondí con poco interés, siguiendo viendo al pibe.
—no le digas así, Shei. No me llevo con él pero se ve que es buen pibe, y sobre todo con vos.
—si yo que se, es buen pibe, buena onda, medio gede pero tiene lo suyo. Encima el sábado me pidió una "oportunidad" para conocerlo bien y yo que se que quiere— comente girando a verla a ella y otra vez a la cancha.
—me jodes, ¿se la diste?
—y de otra no me quedaba. Igual no pierdo mucho ni ganó estando con él, así que— me encogi de hombros restándole importancia.
—na, vos también sos media forra, bichu. No lo ilusiones pobre que no te hizo nada el pibe. Pero a ver, ¿que onda?
—ya se Mari, obvio no le doy ilusiones al pedo, es él el que se las crea. Ya sabe que yo ni lo juno, y ahí sigue estando— di una pausa recordando las cosas que pasaron junto al uruguayo en estos últimos tiempos.
—eso... Nunca me pasó. De que un pibe me joda tanto para que este con él, y es en cierta parte lindo saber que daría todo, y haría de todo por vos sin necesidad. Hasta y todo, ayer andaba media bajón y con unas de sus pelotudeces que dice me término sacando una sonrisa sin siquiera saber la razón de por qué estaba así. Es... Lindo.—¿lindo en que sentido? — pregunto con tono pícaro, acercando su cara a la mía, obviamente jodiendome.
—no jodas Mariela, lindo de bueno— respondi con molestia. Ya iba a empezar esta piba rompiendo las pelotas con ese pibe. Ni se para que le cuento si se que siempre me jode.
—y, es bueno... Y esta bueno.
—¡mariela!
—dale, no me vas a negar que algo tiene el pibe. Encima juega bien a la pelota y es amigo de Carlos. Hacemos un dos pa' con los amiguitos— me guiño el ojo con una sonrisa jodona.
—dale, dale, seguí jodiendo.
—no se que te haces la difícil. ¿Te gusta alguien o que?
—no... No se. ¿Vez ese pibe de allá? — apunte con disimulo al pibe que anteriormente estaba viendo jugar.
—aja... — asintió siguiéndolo con la mirada.
—bueno, con ese este último tiempo me estuve hablando, y no se si hay onda o no. A mi me parece re lindo y es re buena onda, pero es medio gato. ¿Decis que me mande?
—¿a mi me preguntas? Si nunca me haces caso. Te digo algo y me haces la contraria. Igual... Aunque no me hagas caso siempre te voy a apoyar, así que si lo queres hacer mandate.
—ay, te amo— agarre su cara y bese su frente con fuerza para después levantarme e ir donde se encontraba el pibe del que tanto hablábamos, decidida a encararlo.
|N. Omnisciente|
Sheila caminaba por la calle en dirección a su casa después de un día de escuela algo pesado. Iba con una cara de orto, con ganas de llegar cuanto antes a su casa para poder pegar el grito de su vida tras lo que pasó después de ir con el pibe del cual hablaban con su mejor amiga.
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El Apache -𝐷𝑎𝑛𝑖𝑙𝑜 𝑆𝑎́𝑛𝑐ℎ𝑒𝑧-
HumorSheila, o mas conocida como bicha, se muda a su antiguo barrio con el hombre que más odiaba en su vida; su padre, que aunque no conectaban después de años se vuelven padre e hija inseparables. Pero la mudanza de bicha no solo trae el reencuentro de...