El Apache -𝐷𝑎𝑛𝑖𝑙𝑜 𝑆𝑎́𝑛𝑐ℎ𝑒𝑧-

𝕮𝖆𝖕 𝖘𝖊𝖎𝖘:Zarpado de wachin.

Tirada en su cama, colgando de ella, jugaba con una colita de pelo mientras miraba a un punto fijo, y de fondo escuchaba música de intoxicados.

—¿que carajo haces, nena? — consultó en tono de regaño Sergio. —¿y que carajo escuchas?

—al Pity, viejo— respondió todavía colgada.

—por que no te pones bien, nena— la agarro del brazo para acomodarla bien en la cama. Esta cedió casi callendose de la cama por la rapidez en la que la incorporó.
—y cambia esta música, en esta casa se escucha cumbia villera. Mira— cambio la música, poniendo "los pibes chorros".

—que negro villero— negó con la cabeza agarrándose la con las manos, avergonzada.

—somos cinco amigos chorros de profesión, no robamo' a los pobres por que no somos ratones. Buscamos la fija y entramos a un banco. Pelamos los fierros y todos abajo, ¡tititiritii! — cantaba al ritmo de la musica.

—basta, andate de mi pieza— ordenó sin poder verlo de la vergüenza.

—buenoo. ¿Por que no salis a caminar por el barrio? Te vas a hacer amigos o algo, pendeja.

—no me digas pendeja.

—bueno, pichoncito mío, ¿por que no vas y salis un ratito? — expresó sarcástico, en tono de burla.

—bueno papito bello, ahora voy, ¿si? — contesto con el mismo humor, con una sonrisa falsa.

—dale pichón, sos libre— finalizó la conversión yéndose de la habitación de la menor.

Esta mordió su labio negando con la cabeza.

"Más boludo imposible" pensó.

Se levantó y sacó la música que anteriormente puso su padre para poder cambiarse y ponerse algo más safable para salir.

Una vez lista anuncio que ya se iba por el barrio a dar una vuelta. No conocía mucha ya que lo máximo de sabia era donde estaba lo de cochi y el almacén de siempre así que esta salida tranqui le venía bien de todas formas.

≈≈≈

Del frente de su casa quedaba una plazita chica, con pocos juegos. Ahí se encontraba el uruguayo, que la vio salir justo de su casa.

—¡buenos dia', bicha! — la saludo el castaño, pero esta no mucha bola le dió∆ ya que sólo le levanto el mentón. No conforme con la respuesta, el uruguayo fue tras ella.
—eh, no te vaya', yo te quiero dar los buenos dia'— la alcanzó. —igual yo voy a caminar con vos. Te voy a acompaña', por que acá hay wachito muy zarpado.

—dejate de hacer el Galán vos.

—¿que pasa que me bardenas tanto, wacha? ¿Que onda? — ambos pararon, aunque esta de mala gana.

—nada, no pasa nada— respondió con poco interés.

—¿no pasa nada?

—no, no pasa nada— repitió algo más colmada de paciencia.

—no pasa nada, ¿y por qué no me contestas por que me tratas como boludo? Entonces pasa algo— este acerco su cara, apoyado en una pared que había a su costado, casi acorralandola. Esta soltó una risa irónica y volvió a caminar dispuesta a dejarlo atrás, pero este no se rindió y la siguió.
—contame, dale decime— insistió agarrandola del brazo volviendo a parar.

—soltame, boludo— se safo ya colmada de paciencia, aunque resistiendo de no pegarle tremenda cachetada.

—¿que "soltame boludo"? Si no te suelto, ¿que?