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Si bien no tenía planeado volver a aquella casa a no ser que sea necesario sentía la fuerte necesidad de llegar a ahí, solo deseaba hablar con su madre, no con Fiddleford ni con nadie más, solamente con ella, ella era la que sería capaz de escuchar.

Pasear entre los jardines de la nueva mansión de su familia era algo que lo relajara, no solo por la paz que trasmitia el lugar si no por la maravillosa compañía que tenía a su lado, su madre. Sus ojos hinchados  pasaban por el camino de rocas rodeadas de pasto mientras caminaba en una dirección incierta, con solo el hecho de mencionarle al de seis dedos a su madre empezó a llorar cual manantial, no entendía el porqué de ese gran dolor, tenia años que no lloraba de esa forma.

- El te ama muchísimo...- Comentó la dulce señora mientars brindaba suaves caricias en su brazo izquierdo -

-¡¿Entonces por qué se aleja?!- reclamo el más joven entre lágrimas -

- Ay amor mío, el amor es algo tan confuso y muchas personas no son capaces de amarse a si mismas - Entre pasos suaves la dama de azul lo fue llevando entre aquel pasaje lleno de flora hasta ir llegando a un aroyo de aguas claras con pequeñas criaturas dentro. -  se tienen miedo a sí mismas y por actos prefieren alejarse que quedarse a lastimar, el solo hecho de tener la horrorosa familia que tienes lo hace peor... Y tener más

- Pero yo no quiero hacerle daño... Solo... Solo quiero estar con el y poder amarlo sin que alguien se meta -

El silencio reino por un momento mientras el de mechón verde fijaba su atención en aquel arroyo, su atención empezó a ser llamada por las criaturas que había nadando entre el agua cristalina.

- Bueno, eso nunca pasará si los dos no llegan a un acuerdo y se lo proponen, solo deben dar el primer paso...-

Soltando un leve hipido ___ se limpio las lágrimas de los ojos arrodillándose frente a aquel estanque donde una en particular se acercó como tratando de llamar su atención -

-¿Qué son estas cosas mamá?- pregunto el cenizo enarcando una ceja extrañado -

- Oh, esos son ajolotes ¿A qué no son preciosos? Me los compro tu padre para nuestro aniversario - Comentó aquella dama con una suave sonrisa -

- Si son muy bonitos... -

Dándole una suave caricia en el cabello a su hijo la mujer se empezó a alejar poco a poco.

- Voy a preparar un té,si me necesitas algo estaré en la cocina, cuídate more mío -

Ya quedando en soledad el de ojos grises se terminó por sentar en el suelo sin importarle en lo absoluto si se manchaba el pantalón con el pasto, cerro los ojos y respiro profundamente recordando uno tras otro los muchos sucesos y vivencias que había tenido con aquel grupo de amigos, pero mas en especifico con del seis dedos de lentes.

- En este momento tal vez si me convendría olvidar un poco... -

De momento cierto recuerdo se destacó entre todos, aquel pedazo de papel que había encontrado en aquel rio.

Sin nada que perder junto sus manos y empezó a formar aquel arco con sus manos, paso a observar por el agujero que se formaba en el medio viendo exactamente lo mismo que veía antes.

- Que aburrido.... -

Se esperramo en el suelo sin dejar de hacer eso pasando su mirada por todo su alrededor y así se estuvo por un buen rato hasta que de la nada una figura llamativa y de colores extravagantes se poso frente a el.

-¡Ah!- grito __ alejándose de golpe -

- Jajaja, tranquilo muchacho, lamento asustarte pero he venido a alimentar a los ajolotes. -

༒︎ᑕᒪOᐯᗴᖇ.♧︎︎︎/T.1(Stanford x Male!Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora