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-¡¿Que anda con un que?!

Un grito furioso se escuchó por toda una sala inmensa, tan grande que la voz hizo eco por las paredes frías y solitarias de aquel lugar. En medio se encontraban sentados cómodamente sobre unos muebles cuatro personas cada par cara a cara. 

- Con un judío, para rematar es un fenómeno con seis dedos... -

La voz de un joven rubio hablo, las tres personas restantes fijaron su atención en el. Atlas quien se mantenía con una mirada desinteresada y rígida simplemente colocaba una de sus piernas por sobre la otra balanceando su pie en el aire.

- ¿Cómo sabes que es o era un judío Atlas? -

Ante tal  pregunta la atención de los tres se fue a la de una dama de cabellos rojizos y ojos grises se veía delicada cuál amapola pero cual cristal apunto de romperse tenia una mirada vacia y desolada, se le permitio hablar tanto por la mujer rubia de mirada dura la cual se encontraba a su frente como por un señor pelinegro de traje militar el cual la tenía agarrada fuertemente brazo. La de ojos grises ya estaba  acostumbrada y no le importo en lo más mínimo.

- Fue fácil querida tía, solo tuve que hablar con unos contactos sus padres tienen raíces judías .... - respondió fácilmente el menor de la habitación -

- Entiendo....-

El hombre en la habitación soltó un chasquido de lengua, soltó la mano de la mujer peliroja y se levantó de su sitio, metió una mano en uno de sus bolsillos sacando un puro con el proposito de encenderlo y empezar a fumar.

- Ni dándole la supuesta libertad que el quería se sabe comportar y muy bien que se lo dije - Declaró el de cabellos oscuros dando una calada al puro en su mano -

- ¿Lo dices por tener un amigo de seis dedos? Parece algo insignificante - comentó la mujer de ojos grises -

El de traje militar hizo sonar sus botas por el suelo hasta llegar donde la peliroja agarrándole la cara con fiereza para soltar el humo de sus pulmones hasta todo su rostro. La dulce señora solo cerro los ojos y expulsó un pequeño y casi inaudible estornudo.

- Nos da mala imagen. Mira, desde que me diste al engendro ese no ha causado mas que decepción, es un rebelde y juntarse con alguien de clase judía es lo peor que pudo haber hecho va en contra de nuestros principios - escupió ferozmente -.

Cada palabra salía más fuerte, más intensa, con más odio al punto de que le volteo la cara a la doña haciendo desordenar sus mechones de cabello.

- Ujum. -

- Bien. Cada quien vaya a hacer sus cosas y tú Mein Schatz ( querida mía), necesito que te encarges de hablar con tu parásito -

El militar dió una orden siendo acatada por el par de rubios del salón los cuales inmediatamente abandonaron el lugar, mientras la mujer simplemente veía a su esposo sin ninguna expresión pestañeando suavemente en espera de alguna acción.

- Tenemos una junta en una hora, hay que movernos -

El de cabello oscuro se alejo agarrando un maletín a su derecha empezando a caminar hacia la salida, mientras la dulce señora se acomodo sus cabellos y un poco la ropa para levantarse de su asiento y quedarse meditando por un par de segundos.

- Así que un seis dedos... Interesante-

-¡¿Me estás oyendo mujer?! -

- Si Dominic, ya voy -

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-¿Aún está molesto contigo?-

༒︎ᑕᒪOᐯᗴᖇ.♧︎︎︎/T.1(Stanford x Male!Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora