A Solo Seis Pasos (Chaennie)

Capitulo 14

      Bendita sea ella y bendita sea su lengua.

      Ella me volvía loca y podría hacer conmigo lo que se le diera la gana.

      Ella chupaba, lamia y Dios mío, era tan buena en ello, apreté las sabanas que yacían bajo de mi con mis puños y maldije en voz alta.

      – Mierda Jennie... sigue así – empece a soltar jadeos desesperados tomando su cabello con mis manos, apredantola contra mi centro, por impulso mis caderas se elevaron y mis muslos se apretaron contra su cara.

      Ella era demasiado bueno en esto, en hacerme llegar a la cima del mundo y bajarme de golpe.

      Mi espalda se arqueo mientras ella chupaba con más fuerzas y jugaba con su legua tanto fuera como dentro de mi.

      Hasta que por fin llegue a mi merecido orgasmo, sintiendo como todo mi cuerpo de un momento se relajaba, pero aún tenía a Jennie entre mis piernas chupando todos los jugos que aun quedaban en mi.

      La mire detenidamente y tenia una cara de concentración y de gusto muy infantil para morirse, la tomo de la cara y la atraje hacia arriba y le plante un dulce beso en los labios.

      – Te amo Jennie – dije mirándola a los ojos con ternura.

      – Yo también te amo Rosie – empezó a repartir besos por toda mi cara mientras.

      Yo la tomé de la cintura y empece a besarla con vehemencia, subí una de mis piernas hacia su centro y ella soltó un jadeo largo.

      Di la vuelta quedando yo encima de ella y baje mi mano directamente hacia su centro para jugar un poco con ella.

      Siempre creí que Jennie era un poco dramatica o exagerada, pero ahora simplemente entiendo que es alguien que se deja llevar muy fácil por lo que siente.

      Y esta vez al tener mi mano en su centro y verla gemir por el más mínimo contacto y desesperarse si no la toco me lo confirman.

      Suavemente introduzco dos de mis dedos dentro de ella, entrando y saliendo de manera pausada.

      – Roseanne... hazme llegar con tus malditos dedos divinos – decía mientras yo aumentaba el ritmo en mis dedos – ahí Rosie... sigue así.

      Poco a poco la habitación se llenaba que de gritos y gemidos.

      Que alegría me daba el saber que era una casa realmente muy apartada y no tener vecinos.

      Jennie tendía a ser muy creativa e insasiable en el ámbito sexual.

      Muchas veces se masturba cuando vamos en el coche camino a casa después del trabajo mientras yo conduzco.

      Es incapaz de bañarse ella sola, siempre lo hace conmigo porque dice ser fanática de mi cuerpo.

      Suele creerse creerse la activa de la relación pero en situaciones como esta cuando estoy encima de ella metiendole los dedos o la lengua, es completamente todo lo contrario a lo que dice ser, es una pasiva creyendo mandar en la relación.

      Mientras le metía los dedos con más fuerza y veía como se retorcía aumentaba la velocidad de mis movimientos, sus gemidos, como tomaba mis hombros y los apretaba, como buscaba mis labios para besarme de manera desesperada mientras ahogaba sus gemidos en mis labios, me hacian enamorar mucho más de ella.

      Y por fin cuando llegaba y su cuerpo se relajaba, su personalidad cambiaba completamente a ser la de un gatito cariño, buscando de abrazarme y que le hiciera mimos.
     
      Tener a una Jennie así, es lo mejor que puedes obtener de la vida, sudada, despeinada, entregándose tanto a mi, que realmente me hacía creer que era muy mía, porque claro está que de mi no había dudas.

      Yo la amaba con locura y esperaba que así fuera su amor por mi para toda la vida.

      ...

      – Te amo tanto – dijo planteandole un suave beso en los labios.

      – Sabes que pronto voy a morir – respondió la otra chica.

      – Clare, no digas esas cosas así... – respondió por su parte la otro mujer.

      – Pero es así... – iba a seguir hablando pero fue interrumpida por una pequeña de solo cuatro años.

      – ¿Mamá va a morir? – dije con unas grandes de llorar.

      – No pequeña, mamá va a estar bien ¿si? – respondió la madre de Jennie.

      Mi mamá me tomó en sus brazos y empezó a mimarme en sus brazos hasta quedarme dormidas.

      No sin antes escuchar un "ellas van a estar juntas para toda la vida".