Despertar

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La luz del sol comenzaba a filtrarse por las cortinas, creando un juego de sombras en la habitación. Noroña se despertó antes del amanecer, consciente de que Lilly aún dormía plácidamente a su lado. Con cuidado, se levantó y se vistió en silencio, evitando cualquier movimiento brusco que pudiera interrumpir su descanso. Miró a Lilly por un instante; su rostro estaba sereno, ajeno a la tormenta de pensamientos que él enfrentaba.

Mientras se dirigía hacia la puerta, un nudo se formó en su estómago. Sabía que su encuentro había cambiado las cosas entre ellos, y no estaba seguro de cómo manejar la situación. Con un suspiro resignado, salió de la habitación.

Lilly despertó poco después, sintiendo el frío del espacio vacío a su lado. Abrió los ojos lentamente, tratando de recordar cómo había llegado allí. La noche anterior comenzó a cobrar vida en su mente: las risas, las miradas intensas y finalmente, la conexión que habían compartido. Pero con esos recuerdos también llegó una punzada de culpa. ¿Qué habían hecho? ¿Qué significaba esto para ellos?

Se cubrió con las sábanas, sintiendo un torbellino de emociones. Se preguntaba si Noroña había sentido lo mismo o si solo había sido un momento pasajero para él. La inseguridad comenzaba a apoderarse de ella. Decidió levantarse y prepararse para el día, pero no podía evitar mirar hacia la puerta donde él había salido.

Mientras se duchaba, intentó aclarar sus pensamientos. Sabía que necesitaban hablar sobre lo ocurrido; no podía dejar que este momento definiera su relación sin una conversación honesta. Pero ¿cómo le diría lo que sentía? La ansiedad crecía en su pecho mientras se vestía y trataba de encontrar un poco de normalidad en su rutina diaria.

50 Sombras del Senado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora