Dentro del castillo de Hunos, Ulv había crecido y se había convertido en una figura imponente. Su tamaño y ferocidad en combate lo distinguían de los demás. Aunque la familia real lo trataba como uno de los suyos, no todos en el reino compartían esa admiración. Una sirvienta, temerosa de su poder y naturaleza salvaje, comenzó a resentirlo profundamente. Cada día lo veía fortalecerse, y el temor de que su fuerza pudiera algún día poner en peligro al reino se hacía más grande.
Harta de vivir con ese miedo, decidió actuar. En secreto, contactó a los guardias del reino de Belkur, quienes siempre vigilaban los movimientos de Hunos, y les reveló la verdad sobre Ulv: su verdadera naturaleza como descendiente de los lobos sagrados, un linaje vinculado al bosque destruido. Sabía que traicionar a Ulv podría poner su vida en riesgo, pero confiaba en que los guardias la recompensarían por la información.
Los guardias de Belkur, al escucharla, reconocieron que aquella era una oportunidad única. Si lograban capturar a Ulv, no solo eliminarían a uno de los guerreros más formidables de Hunos, sino que debilitarían al reino, facilitando el control de Belkur. No obstante, sabían que no podían actuar precipitadamente. Decidieron esperar, vigilando desde las sombras mientras el rey Lucius, de Belkur, planeaba sus próximos movimientos.
En el lejano reino de Belkur, el rey Lucius, astuto y calculador, ya sospechaba que Hunos ocultaba algo. A través de su red de espías, había oído rumores sobre tierras lejanas y un misterioso oro que yacía bajo tormentas. Aunque aún no tenía pruebas concretas, estaba decidido a descubrir lo que el rey Atílda tramaba.
Con astucia, Lucius comenzó a mover sus piezas en el tablero político. Envió emisarios a los reinos cercanos para formar alianzas, mientras sus ejércitos se fortalecían, y Aetherion, su poderoso dragón, continuaba siendo una amenaza latente. Sabía que la confrontación con Hunos era inevitable, y estaba preparado para hacerle frente con toda la fuerza de su reino.
Lo que Lucius no sabía era que el rey Atílda también tenía aliados secretos: los guardianes del bosque místico, criaturas antiguas que juraron proteger las tierras de los lobos. Aunque la mayoría había desaparecido tras la destrucción de su hogar, aún mantenían una conexión con las fuerzas que escapaban del control de Belkur.
En Hunos, el clima comenzaba a cambiar. Las tensiones con Belkur crecían, y el rey Atílda intensificaba los preparativos para la guerra. Los ejércitos de Hunos se entrenaban día y noche, con Ulv al frente. Su corazón estaba lleno de lealtad hacia el reino que lo acogió, pero también llevaba consigo el dolor de su pasado y el deseo de vengar la destrucción de su hogar.
La reina Ulrike, pieza clave en la estrategia de su esposo, negociaba con facciones dentro y fuera de Hunos. Ambos sabían que cualquier error podría costarles la independencia. Sin embargo, la traición de la sirvienta ya había puesto en marcha una cadena de eventos que cambiaría el destino del reino.
El destino de Ulv ya estaba en movimiento. Sin saberlo, él era el centro de una tormenta que involucraba a los reinos de Hunos y Belkur, así como a fuerzas ancestrales. El oro misterioso que conducía la electricidad, las tierras desiertas y el bosque místico, todo estaba de alguna forma conectado a él. Mientras el rey Atílda planeaba en secreto, Ulv sentía que su tiempo de actuar estaba cerca.
En su interior, las palabras de su madre loba sobre las Flores Madre, las creadoras de la vida y el equilibrio, resonaban. Sabía que ese poder aún persistía en el mundo, y tal vez su conexión con ellas sería clave en la lucha que se avecinaba.
El rey Atílda observaba desde su trono a su hija Alara, quien acariciaba la cabeza de Ulv, el licántropo que había crecido junto a ella. Sabía que su relación era especial, pero entendía que no podía arrastrar a Ulv a otra guerra. La confrontación con Belkur complicaba todo, y el tamaño y naturaleza de Ulv no podían permanecer ocultos.
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La Princesa y el Lobo
ФентезіEn el año 350, en el vasto continente dominado por el reino de Belkur, una fortaleza imponente y temida por su tiranía, se celebra una gran fiesta en honor a la princesa Giselle. La celebración marca un momento crucial, pues la princesa está destina...