—Que romántico, me vais hacer vomitar —esa voz.
Dante se incorpora, despacio, separándose de mis labios y llevando su brazo hacia atrás, cogiendo el arma de su espalda. El abogado está apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho y me quedo paralizada al ver una pistola en su mano, cogiéndola despreocupado. Cuando mi marido hace contacto visual, da un paso adelante, mostrando su arma junto a su cuerpo, pero el insensato que tiene delante le hace frente, dando un paso y siento como el aire crepita entre ambos, como la estática que se forma justo antes de una tormenta.
Son como dos trenes de mercancías a punto de estamparse el uno contra el otro, a punto de descarrilar. Preparados para responder a la amenaza del otro. Ambos respiran despacio, mirando directamente a los ojos y yo me siento una mera espectadora de una lucha de titanes. No creía que hubiera nadie capaz de soportar la mirada de Dante, pero Luka no se queda atrás, lo desafía de la misma forma, sin apartarse, sin retroceder.
—Está muy bien que quieras seguir con las viejas costumbres de querer matarme, pero si no te das prisa, los veinte coches que acaban de rodear el hospital te quitarán la exclusividad —señala con la cabeza hacia la ventana del hospital. —Tenemos diez minutos antes de que lleguen a la habitación.
Puedo sentir cómo el cuerpo de Dante vibra de ira, como se tensa por las palabras de su abogado.
—O me matas, aquí —se pasa una mano por el pecho, apartando una pelusa de su camisa, de forma despreocupada, como si esta situación fuera totalmente normal. —O nos vamos. Decídete —vuelve hacer contacto, clavando sus ojos azules en los negros de Dante. —No tenemos tiempo, o la sacas a ella, o te apartas.
Pero cuando Luka no espera y hace amago de moverse en mi dirección, mi marido coloca el arma en su sien, haciendo que se detenga.
—Busca una salida —mantiene la pistola más tiempo del necesario apretada en la piel del abogado, que no baja la cabeza, no veo miedo en él.
—¿Me vais a decir que está pasando? —recupero la voz justo cuando uno de los hombres de mi marido llega corriendo.
—Señor, no podemos detenerlos, nos sobrepasan en número.
—Mierda —mi marido baja el arma, dejando que Luka salga de la habitación hablando con otro hombre, mientras se acerca a mí, soltando los cables que me unen a diferentes máquinas, pero se queda paralizado cuando me coge la mano, con la sonda conectada a mi vena.
—¿A qué estás esperando? ¿A tenerlos encima?—Luka se vuelve acercar al ver como Dante duda, coge mi mano y me saca la cánula de un tirón, haciendo que mi mano sangre. —Lo siento, no tenemos tiempo para ser delicados.
—Joder —el dolor es un latigazo que me recorre el brazo.
Y mi marido aprieta la mandíbula con fuerza, apartando las sábanas de la cama cuando me alza, con un brazo bajo mis rodillas y el otro rodeando mi cintura.
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Secretos con el señor de la mafia (+18) [Borrador]
RomanceLo que empezó siendo tu ilusión, se convirtió en la peor obsesión de él. Un romance explosivo, dominante y ardiente. Actualización: Completado : Borrador En proceso : ✔️ Verificado y editado [Me siento en la libertad de variar la historia y su conte...