Capitulo 9

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Mis pasos se detienen de golpe en medio de la rotonda, como si una mano invisible me hubiera retenido. Un escalofrío se desliza por mi columna vertebral y me congelo en mi lugar, sintiendo cómo el aire a mi alrededor se vuelve más pesado. Los cadetes siguen moviéndose a mi alrededor, ignorantes del peligro que yo, ahora, no puedo evitar percibir.

Mi mirada se eleva de manera instintiva, siguiendo ese extraño presentimiento hasta lo alto de las escaleras que conducen al salón de reuniones. Ahí está él.

"Xaden Riorson."

Sus ojos entrecerrados están fijos en mí, observándome como si fuera un objetivo más, como si mi existencia misma fuera una amenaza o, peor aún, una insignificante molestia. Las mangas de su uniforme están enrolladas, dejando al descubierto sus poderosos brazos, y la reliquia que le cubre uno de ellos es visible.

No puedo ignorar cómo mi cuerpo reacciona a su presencia: el acelerado latido de mi corazón, los vellos de mi nuca erizados, la sensación de peligro palpable que emana de él como un aura opresiva. Pero no es solo miedo lo que siento; hay algo más, algo más profundo que no alcanzo a identificar. Quizás sea la conciencia de que estoy ante alguien que no solo tiene el poder de destruirme físicamente, sino que también está dispuesto a hacerlo sin ningún tipo de remordimiento.

A su lado, un cadete de tercer año le dice algo, pero Xaden lo ignora por completo. Su atención está fijada únicamente en mí, como si cualquier otra cosa fuera irrelevante. En ese momento Soy su objetivo, su venganza personal contra mi madre, y no hay manera de evitarlo.

«Mierda».

La palabra resuena en mi mente, pero no sale de mis labios. No puedo permitirme mostrar ninguna señal de debilidad. Así que, con cada gramo de fuerza de voluntad que puedo reunir, me obligo a dar un paso adelante. Y luego otro. Sigo caminando, intentando aparentar que no me afecta su presencia.

Nos separan apenas unos seis metros. Mi mente está en alerta máxima, como si todo mi cuerpo supiera que algo terrible está por suceder. Mis dedos rozan las empuñaduras de las dagas que llevo envainadas a los lados, listas para actuar si es necesario.

«¿Lo va a hacer aquí?» Me pregunto, mi mente corriendo a mil por hora. Nos encontramos en plena rotonda, rodeados de cadetes que siguen con sus rutinas como si el peligro no existiera. El mármol gris bajo mis pies parece más frío que nunca. Si Xaden decidiera atacarme ahora, la sangre no tardaría en manchar este suelo, y el equipo de intendencia no tendría problemas en limpiarla. Es una realidad cruda, pero en este lugar, la muerte es parte del día a día.

Xaden inclina ligeramente la cabeza. Siento que me está estudiando, evaluando cada movimiento, cada respiración que tomo, como si estuviera decidiendo dónde soy más vulnerable. Esa mirada... es devastadora. Es como si pudiera ver a través de mi piel, despojándome de cualquier fachada de seguridad que pudiera estar intentando mantener.

Debería correr. Todo mi instinto me dice que corra, que me aleje de aquí antes de que sea demasiado tarde. Pero una parte de mí sabe que, si lo hago, estaré de espaldas, vulnerable, sin la oportunidad de ver su ataque venir. Si me quedo, al menos podré enfrentarlo, ver el golpe antes de que llegue.

Justo cuando estoy a punto de decidir qué hacer, noto un cambio en su postura. Xaden desvía brevemente la mirada, enfocándose en algo o alguien a mi derecha. Mis ojos siguen la dirección de su atención, y mi estómago se retuerce de inmediato cuando veo que Dain emerge de detrás de uno de los pilares.

Su rostro está lleno de confusión, con el ceño fruncido mientras intenta comprender qué está pasando.

—¿Qué estás ha...? —empieza a preguntar Dain, su voz cargada de incertidumbre.

Alas de fuego (fanfic saga Empireo "alas de sangre")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora