Capítulo 36

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No puedo respirar, me ahogo

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No puedo respirar, me ahogo.

La mano de Luka me tapa la boca, ahogando mi respiración agitada, que amenaza con descubrirnos en su escondite. Me cubre con su cuerpo, en la esquina del edificio contiguo a la sala de urgencias, ocultos por las sombras, como amantes que disfrutan de un momento a solas.

Me sujeta de los muslos, abriendo mis piernas y colocando su cadera contra mi sexo cuando varios hombres armados pasan cerca de nosotros, corriendo en la dirección contraria a la que intentamos ir.

—Gime un poco, disimula —me susurra en el cuello y envía un latigazo a mi entrepierna cuando se frota contra mi cuerpo.

—Me duele —apenas puedo jadear, el dolor de mi espalda me taladra con fuerza, apenas puedo aferrarme a su cuerpo, los brazos me pesan y acabo apoyando mi frente en su hombro.

Un gruñido ronco, que dudo en saber interpretar, sale de su garganta, erizando mi piel al contacto con su aliento.

—¡Eh! —un hombre nos grita desde el otro extremo de la calle. —¿Qué hacéis aquí? —camina hacia nosotros. —¡LARGO! —nos hace un gesto con el brazo y Luka se tensa, observándolo por encima del hombro, con la cabeza agachada, ocultando su cicatriz.

—¿Puedes quedarte de pie? —me susurra.

—No.

—Joder.

—¿Pero no me habéis oído? —cada vez se acerca más, y está apunto de ver el camisón del hospital que llevo puesto —¡Iros a follar a otro lado!

—¡Uno rápido, amigo! —Luka grita, clavando sus dedos en mi nalga, sujetándome con una mano mientras saca el arma, disimuladamente con la otra mano, mantiéndome prisionera entre la pared y su polla, que se frota dura contra mi coño desnudo —Joder, gime un poco, si le disparo atraeré a más —su voz es un susurro contra mi oído para que solo yo pueda oírlo.

Y se que tiene razón, no puede dispararle aquí en medio, hará demasiado ruido, atrayendo demasiadas miradas. Y aunque Dante hizo de cebo y se llevó a gran parte de hombres detrás de él, otra gran cantidad se quedó patrullando el hospital. Y nos ha costado mucho salir de allí sin llamar la atención.

Joder, tengo que hacer que parezca real. Aunque mi espalda me grita de dolor, tengo que hacer algo para alejar a este hombre.

Bajo una mano entre nuestros cuerpos, subiendo mi camisón de forma obscena hasta mis caderas, la mano de Luka deja que lo suba sin oponer resistencia, agarrando mis muslos desnudos, alternando con ambos brazos para no soltarme.

Y cuando mi mano llega a mi clítoris, empiezo acariciarlo, obligándome a gemir cada vez más alto. Luka se frota más rápido contra mi cuerpo, fingiendo que su polla me penetra, aunque por la dureza bajo sus pantalones podría penetrarme con la ropa puesta. Se clava en mis ingles como una lanza que busca empalar a su enemigo.

Secretos con el señor de la mafia (+18) [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora