El viento susurraba a nuestro alrededor, como si las hojas de los árboles quisieran ser testigos de cada palabra entre nosotros, de cada historia compartida bajo las estrellas.
—Cuando llegas a la mayoría de edad en nuestra tribu, hay un ritual —comenzó Amaru, con la vista fija en el horizonte—. Un rito que marca el paso de niño a hombre. Solo después de cumplirlo, uno es reconocido como un verdadero miembro de la comunidad... y puede casarse.
—¿Un ritual? —le pregunté, intrigada—. ¿En qué consiste?
—Es una prueba de resistencia y sabiduría —explicó—. Debes pasar varios días en soledad en el bosque, sobreviviendo solo con lo que la naturaleza te ofrece, y luego traer algo de valor para la tribu. Un símbolo de lo que has aprendido y de tu capacidad para proteger a los tuyos.
Su tono era solemne, pero había un orgullo latente en sus palabras, un sentido de pertenencia que parecía definirse en ese ritual. Lo escuché en silencio, imaginando lo que debía ser someterse a una prueba de esa magnitud, de esa importancia.
—¿Y ya lo has hecho? —pregunté, curiosa.
Amaru asintió suavemente.
—Sí. Lo hice hace dos años. Fue difícil, pero al regresar con lo que encontré, supe que había demostrado mi valía.
—Entonces, ¿tienes 20 años? —le pregunté, mi voz llena de curiosidad mientras intentaba entender mejor las costumbres de su aldea.
Amaru negó con una suave sonrisa, dejando que la luz de la luna bañara su rostro. Sus ojos reflejaban el brillo de la cascada cercana, y en ese momento, parecía aún más joven de lo que realmente era.
—No, tengo 19 —respondió, con ese tono tranquilo que siempre usaba—. Hice el ritual cuando tenía 17, mucho antes de lo que suele hacerse.
—¿A los 17? —repetí sorprendida—. ¿No es muy joven para eso?
Asintió lentamente, sus ojos perdiéndose un poco en el horizonte, como si reviviera aquel momento.
—Lo es. Pero ser el hijo del jefe implica muchas cosas. Mi padre quería asegurarse de que fuera capaz de asumir mis responsabilidades mucho antes que los demás. Era una prueba, no solo de mi fuerza, sino de mi compromiso con la tribu.
Noté una cierta melancolía en su voz. El peso de la responsabilidad que Amaru llevaba sobre sus hombros era evidente, y me sorprendió cómo nunca lo había mostrado antes, siempre tan sereno, tan seguro de sí mismo.
—¿Y cómo fue? —le pregunté, deseando saber más, pero también preocupada por lo que esa experiencia debió de haberle significado.
Amaru soltó un suspiro, bajando la vista.
—Fue duro. El ritual es una prueba de resistencia física y mental. No solo debes cazar y demostrar tus habilidades en combate, también debes enfrentarte a la naturaleza, al hambre, a la soledad. Durante varios días, estuve solo en el bosque, sin provisiones, enfrentándome a los peligros que habitan aquí.
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Amaru ©
Mystery / ThrillerAlaida jamás pensó que un vuelo de rutina terminaría en una lucha desesperada por su vida. Tras un brutal accidente aéreo, se despierta en una isla perdida en el océano, rodeada por una naturaleza implacable y un silencio abrumador, pero pronto desc...