Capítulo 10 ~ Susurros del Anochecer

26 14 9
                                    

Mientras caminábamos hacia la fiesta, la noche envolvía todo en un manto de misterio y calma. La luz de la luna bañaba el sendero con un resplandor plateado, y el suave murmullo de la cascada parecía cantar en armonía con el latido de mi corazón, que aún estaba acelerado por el tumulto de la ceremonia.

De repente, Amaru se detuvo y me hizo una seña para que me quedara a su lado. La mirada en sus ojos era tan profunda que me hizo detenerme en seco. La luz de la luna danzaba en sus facciones, dándole un aura casi etérea.


-Alaida, - comenzó, su voz llena de un tono suave y genuino, -desde que te vi por primera vez, me impresionó tu presencia. No solo por lo que eres para la tribu, sino por lo que eres en realidad. Hay algo en ti que va más allá de lo que se ve a simple vista.


Mis manos se entrelazaron nerviosamente mientras escuchaba. Había pasado tanto tiempo sintiéndome fuera de lugar, mi apariencia tan diferente y llamativa comparada con la de los demás, que el comentario de Amaru me tomó por sorpresa.


-Amaru, a veces siento que mi apariencia... mi diferencia... es una carga. Me siento tan distinta de todos aquí, y no sé cómo encajar realmente, -confesé, mi voz temblando ligeramente.


Él se inclinó un poco, mirando directamente a mis ojos con una intensidad que desarmó todas mis defensas.


-Lo que te hace diferente no es una carga, Alaida. Es tu luz, tu esencia única. No eres solo un rostro entre la multitud. Eres una presencia que ilumina todo a su alrededor. La verdad es que la belleza no está en ser como todos los demás, sino en ser tú misma.

Un suspiro escapó de mis labios, y me quedé en silencio por un momento, procesando sus palabras. La vulnerabilidad que sentía se desvaneció lentamente, reemplazada por una sensación de calma que nunca había experimentado antes.


-¿Cómo puedes ser tan seguro de esto?- Le pregunté, con curiosidad genuina.


-Porque he visto cómo las personas reaccionan ante ti, - dijo con una sonrisa sincera. - La tribu ve en ti algo que ni ellos entienden del todo, pero que aprecian profundamente. Y yo... yo veo a alguien que no solo es valiente, sino que también tiene una belleza que va más allá de lo físico. Eres alguien que trae una luz especial a este lugar, algo que no podemos ignorar.


Sus palabras fueron un bálsamo para mi alma. Sentí cómo el peso de mis inseguridades comenzaba a aligerarse, aunque fuera solo un poco. La manera en que me miraba, con un respeto y admiración tan claros, hizo que me sintiera aceptada de una manera que nunca había imaginado.


-Gracias, Amaru, - dije, mi voz ahora más firme y llena de gratitud. -Tus palabras realmente me ayudan a ver las cosas de una manera diferente.


-Me alegra saberlo, - respondió, su sonrisa llena de calidez. -Porque realmente, no hay nada más hermoso que ver a alguien abrazar su verdadero ser.


Amaru y yo caminábamos hacia la fiesta, pero el ambiente había cambiado. La conexión entre nosotros, aunque aún indefinida, se sentía más presente. Después de intercambiar algunas palabras, el silencio que compartíamos era cómodo, pero sabía que aún había más que decir.

De repente, él se detuvo de nuevo, mirando al horizonte con expresión pensativa.

-¿Sabes, Alaida? -dijo en voz baja-. La belleza en nuestra tribu no es lo que muchos piensan. No es simplemente el color de la piel, el brillo del cabello o la forma del cuerpo.

Amaru ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora