Capítulo 19

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La abuela de Eddie pasó miradas entre ambos chicos.

-Bueno... he visto algunas noticias pero, no sé, no parece real; al menos como lo mencionan en la televisión no parece real.

Eddie se levantó del sillón y Buck le siguió.

-Buck, tengo miedo. No quiero perderla.

Eddie susurro al oído del rubio y Buck lo abrazó.

-Muy bien, niños. Ya díganle a la abuela que ocultan.

Eddie se armó de valor y subió el borde de su camiseta.

Un vientre redondo asomó por debajo de ella; Isabel se tapó la boca con las manos.

-Eddie... eso... eso es...

El latino tembló un poco y Buck se puso a su lado.

-Abuela, eso es el hermanito de Chris y nuestro futuro bebé. Eddie puede tener niños y nuestro gusanito va a ser el primero.

Buck la observó para identificar su reacción; Isabel se levantó del sillón y se acercó a ellos, levantó su mano y la puso en el vientre hinchado de su nieto.

-¿De cuánto estás?-

Eddie le respondió.

-Tengo cuatro meses ya, abuela.-

Recibió un pellizco en el brazo.

-¡¿Y no pensabas decirle a tu abuela, Edmundo Díaz?!-

Unos sollozos se escucharon por la sala, Eddie había soltado toda la tensión y estaba llorando.

La abuela le dedicó una tierna sonrisa y lo abrazó.

-Oh, cariño. Sabes que soy tu abuela, siempre vas a ser mi niño consentido. Mi amor es para tí, mi chiquito, aunque déjame decirte que también lo será para mi segundo bisnieto; Eddie, Buck, felicidades. No me dejen fuera de algo como esto, ¿si? Ahora te vendrán los antojos.-

Buck la miró.

-¿A la mamá de Eddie le daban antojos extraños?-

La abuela parecía recordar esa época.

-Bueno... me parece que no eran tan raros, pero todo embarazo es distinto.-

Eddie sonreía mientras escuchaba la conversación de su novio con su abuela.

-Abuela, ¿cuándo puedo sentirlo moverse? Se que está ahí por el peso, pero aún no siento sus movimientos.-

Eddie miraba el sitio donde se encontraba su bebé.

-Estás de cuatro meses, cariño. Los movimientos son a partir del quinto mes, después de eso querrás que pare de dar vueltas porque no podrás ni dormir.-

El rubio rió cuando veía como el rostro de su novio cambiaba en el momento que le dijeron que no podría descansar.

-Eddie, ¿estás seguro que son 4 meses?-

Eddie observó a su abuela con extrañeza.

-El eco solo muestra a nuestro gusanito, abuela.- Buck le mostró la primera ecografía a Isabel.

-No es un eco actual... Podría jurar que esa barriga es un poco más grande que 4 meses.-

Buck y Eddie se miraron entre sí. Le prometieron a Isabel que harían una cita con el obstetra para un nuevo eco.

Pasaron por Chris a la cocina, donde tenía la abuela el televisor.

-Pa, ¿ya nos vamos?-

La pregunta hizo reír a los padres del chico y a la abuela.

-No, mijo. Primero vamos a comer con la abuela, ¿y si pasamos aquí el día de hoy?-

El niño celebró, la única razón por la que quería regresar a casa era para estar cerca de su gusanito, pero si podía tener a la abuela y al gusanito a la vez estaba feliz.

Isabel pasó haciendo preguntas todo el día.

-¿Cómo fue que pasó, Evancito?- Eddie se avergonzó de manera rápida.

-Eh, abuela... creo... bueno... ya sabe usted como se crean los bebés.- Buck tartamudeó.

La abuela se reía a carcajadas.

-Creo que no formulé bien la pregunta, jajaja.-

Respiró profundo y contuvo la risa para reformar la pregunta.

-Digo que si ustedes lo estaban buscando o si fue algo incidental.-

Eddie contestó en esta ocasión.

-No, no estábamos buscando un bebé... Ni siquiera sabía que podía concebir, solo pasó; Buck fue a casa, tomamos de más y... bueno...-

La abuela entendió.

-Si, si, conozco como sigue la historia; el viejo y confiable alcohol. Al menos eso hizo que mi futuro nieto esté ya en el horno, y es de línea directa.-

Buck apretó la mano de Eddie.

-Entonces, abuela Isabel, ¿no te parecemos raros o... contranaturales?- el rubio preguntó cautelosamente.

Isabel soltó un largo suspiro.

-Mira, mijo. No voy a mentir, esto me resulta extraño aún... pero Eddie es mi nieto y lo quiero muchísimo, si él decidió tener un hijo yo lo voy a apoyar hasta mi muerte. Tú le haces bien a mi Eddie y se que mi nieto hace lo mismo en tí, fueron hechos el uno para el otro y lograron unirse para formar una nueva vida; sólo... no me dejen fuera, quiero estar ahí cuando el niño empiece a moverse, cuando nazca, diga su primera palabra. Quiero ser esa persona en quien confíen, chicos.-

Esta vez fue turno de Buck en ponerse sentimental, se levantó y abrazó a Isabel.

Eddie observaba todo desde su asiento.

-¿Alguna otra pregunta, abuela?-

Isabel soltó a Buck y empezó a pensar.

-¿Sus compañeros lo saben?-

Los chicos asistieron.

-Tuvimos que decirle al capi para que me dé trabajos de oficina y, tal parece, que les agradó mucho la idea.-

Eddie recordó la reacción de todos ante ese hecho, también pensó que algo tuvo que ver el caso de aquel parto masculino.

-Otra pregunta, ¿normal o cesárea?-

Los chicos se miraron entre sí.

-Es complicado.- Respondieron al unísono.

Eddie continuó.

-Yo quisiera tenerlo de manera normal. Atendimos anteriormente un parto de este tipo de embarazo y el nacimiento fue normal, pero Buckley dice que no quiere verme sufrir y que debería escoger la cesárea.- La abuela parecía pensarlo.

-Si un nacimiento es natural favorece tu recuperación, mientras que la cesárea es un proceso quirúrgico y demora más. ¿Y si toman ambas opciones? Mientras sea seguro, pueden optar por un nacimiento normal pero, si se complica, siempre pueden pensar en una cesárea.-

Buck estuvo de acuerdo, él no quería ver a Eddie sufrir. Recordó el rostro del chico de la emergencia y se veía muy adolorido, no quería que Eddie pasara por eso; pero, si su chico deseaba sentir el nacimiento de su bebé y volver a su trabajo, era la mejor vía.

-Lo veremos cuando sea el momento, ¿verdad Buck?-

El latino apretó el brazo del rubio.

-Lo que mi amorcito desee.- Eddie se puso tímido al escuchar decir eso frente a su abuela.

-El amor, el amor. ¿Y si me vuelvo a casar?-

La abuela se rió al ver la consternación en el rostro de su nieto.

-Era broma, ya para marido tuve suficiente.-

Toda la familia empezó a reír junta.

Buck anheló algo así para él, pero lo más cercano era su hermana.

Se prometió internamente que su gusanito jamás viviría lo mismo que vivió él, sus hijos tendrían lo mejor: Chris y el gusanito sólo tendrían felicidad en su vida, una vida de amor.

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