Capítulo 20.- La red

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A través de un monitor, Paphitchaya y Sulax observan a Ratana, que está en la sala de interrogatorios, esposado y con aire ausente.

—Es un tipo peculiar —instruye Paphitchaya a Sulax—. He visto cómo sacaba de sus casillas a Yoko. Empezará a decirte que ve dentro de tu mente, que conoce tus problemas, bla, bla bla. No caigas en la trampa, no te pongas de mala hostia, básicamente mantente todo lo que puedas al margen, porque lo que nos interesa es lo que nos cuente, no entrar en un duelo de inteligencias.

—¿Crees que soy estúpida? Además, ya he estado con él.-

Cuando entran en la sala, Ratana Kulap los recibe como si se tratara de grandes amigos.

—Menos mal que son ustedes. Me inquieta encontrarme con Yoko-

—¿Y eso?-

—Está tan angustiada por lo de su padre... Esa mujer está siempre al borde de estallar, hay que cuidarse de ella. ¿Me van a quitar las esposas? Ya saben que no soy un hombre violento y es muy incómodo estar con ellas puestas.-

Sulax se acerca a él para quitárselas. Ratana se frota las muñecas, como si el dolor que le hubieran causado fuese insoportable.

—¿No es muy antiguo esto de las esposas? En una película vi que ahora ponían unas bridas. Aunque seguro que cortan la circulación de la sangre. No sé qué es peor.-

Ninguno de los dos policías le contesta, miran papeles, hacen como que no tienen prisa, pero el hombre no se calla, se ríe de ellos.

—Me encanta cómo les enseñan cómo hay que llevar a cabo los interrogatorios. Primero me ponen nervioso con su silencio, después uno de ustedes hace de bueno y otro de malo. Si quieren, seguimos jugando, pero su compañera les debería haber dicho que me van a dejar en libertad porque no tienen nada contra mí. Bueno, sí, cobrar en negro y sin IVA. Una multa y a casa.-

—¿Por qué dice que Yoko está a punto de estallar?-Pregunta Paphitchaya.

—¿No saben ustedes nada de su padre?- Insiste.

—¿Qué tenemos que saber?- Pregunta de nuevo Sulax.

La pregunta de Sulax incomoda a Paphitchaya. No esperaba que el interrogatorio pudiera circular por esta vía.

—Si ella no se lo ha contado, no seré yo quien lo haga. Pero tienen motivos para preocuparse. ¿No han notado su ansiedad? Yo tengo poderes, pero no es que hagan falta para verlo. Es una mujer atormentada. Si ustedes, que se supone que son sus amigas, no la ayudan, no sé quién la va a ayudar a la pobre..-

—¿Dónde está su padre? —se atreve a preguntar Sulax de nuevo.

—Dónde está, yo no lo sé. Dónde cree ella que está, sí. Con la Red de peleas, ya saben ustedes. Pero no tengo nada que ver con eso..-

—Su hija ha desaparecido debido a esa red, vendía usted enlaces para sus eventos, así que sí,  algo tiene que ver —interviene Paphitchaya que no deja de mirar a Sulax, es la primera vez que su compañera oye hablar de la posibilidad de este vínculo entre la Red y el padre de Yoko.

Pero el señor Kulap, hace oídos sordos a Paphitchaya y se centra en Sulax, la mira a los ojos, como si la acabara de descubrir.

—¿No hay nadie normal en esta comisaría? —se pregunta el detenido como si realmente estuviera sorprendido—. Vuestra compañera está angustiada y ansiosa por su padre, y usted, agente cómo se llamaba, ¿Sulax?, no es capaz de llevar una vida normal. Está deseando tener un marido que la quiera, unos hijos, un adosado y un monovolumen blanco y lo único que tiene es un un polvo en un coche de vez en cuando... Lo que no sé es si se lo echa un compañero o una compañera.-

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⏰ Última actualización: Sep 19 ⏰

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