Capítulo 13.- Matices.

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Sulax y Ling tomaron unas cervezas en el café del barrio. Estaban cerca de la comisaría, ya que el bar es discreto y pueden hablar tranquilas. Ling, no sabe cómo convencer a Sulax para que no abandone el equipo.

-Ya sabes que Yoko funciona a base de calentones. No se lo tengas en cuenta esta vez, por favor-

-No, Ling, es peor que eso. Yoko nos trata como si fuéramos piezas de un engranaje. Para ella no somos personas. Ha perdido por completo la capacidad de empatizar.-

-Está nerviosa por la investigación entiéndelo, los niños siguen desapareciendo, y ella por más que nos estamos acercando, no da con el responsable- Intentó razonar la informática con ella.

-En la vida hay cosas más importantes que una investigación. Tú no sabes lo mal que lo pasé... Todavía no estabas en el equipo Ling, pero Yoko sí que lo sabe... Y no le importa ponerme en riesgo con tal de que averigüe cualquier gilipollez.-

-Eso fue hace mucho tiempo, ya no juegas a nada...-

-Si, pero una ludópata, nunca está curada.-

-Es verdad que Yoko esta vez, ha sido muy dura- Concedió finalmente la informática.

Sulax desgranó sus recaídas, las peores vivencias del infierno que vivió. Sintió el deseo de contarle su pequeño romance con Thamirk, pero no le dio tiempo. 

La agente vió entrar a Paphitchaya con un vasito de café.

-Menos mal que os encuentro. Un compañero, me ha dicho que podríais estar aquí.-

—¿No te ha dicho que nos gusta estar solas? —le recibió, agresiva, Ling.

—Vengo en son de paz.- Soy amiga de Yoko desde hace mucho tiempo y tampoco estoy de acuerdo en cómo está llevando todo esto...-

Paphitchaya, está segura de que puede conseguir que su amiga se piense lo de la renuncia de Sulax, ha hablado con ella y la ha notado enfadada, sí, pero también un poco arrepentida.

—No voy a infiltrarme otra vez en la red de Khalan, no voy a volver a pasar por lo mismo de nuevo - Se mantuvo firme Sulax.

—Me infiltraré yo —dijo Paphitchaya.

Sulax la miró con escepticismo.

—Tú no conoces a Khalan, Paphitchaya. ¿Te has movido alguna vez por esos ambientes?-

—He perdido kilos y kilos de garbanzos jugando con mi primo los veranos en la playa —La agente, intentó sonreír.

—¿Sabes jugar al póker?-Preguntó Ling esta vez con seriedad.

—Sí, sé jugar tanto Texas Hold'em como Omaha.-

—No es lo mismo jugar cara a cara que en internet, compañera- Volvió a la carga Sulax.

—Quiero ayudarte, Sulax. Y a Yoko, le ha parecido bien el cambio y mi decisión.-

—¿De verdad?- preguntó la agente incrédula.

Paphitchaya asintió. Ling, al escucharlo, le dió un codazo amistoso a su compañera.

—¿Ves cómo tiene sentimientos? ¿Qué dices ahora?-

Sulax, se quedó mirando a Paphitchaya.

—Te lo advierto: no es lo mismo jugar con garbanzos que con dinero.- Volvió a insistir la agente de policía.

Paphitchaya recorrió Bangkok en compañía de Ling y Sulax. Esta vez, se movieron más por el centro y la zona norte de Bangkok.

Sulax, lleva años sin meterse en ambientes de juego y algunos antros ya han desaparecido, pero otros siguen allí cómo por ejemplo un chalet al lado de Harkh, en el que suelen jugar futbolistas profesionales, actores, empresarios...

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