Capítulo 10.- Así que sí, están pasando cosas.

451 48 5
                                    


Yoko Apasra y Paphitchaya estaban de mal humor. 

No es porque estuvieran enfadadas entre ellas, era porque iban a tener que comenzar a dar vueltas y vueltas durante toda la noche por el barrio de Khlong Toei sin saber muy bien por dónde buscar o de qué hilo tirar para recaudar información sobre el paradero de Lawan Kulap.

¿Dónde se habría metido aquella mujer?

-He hablado con Ling, le tocaba guardia... ha estado investigado y por lo que me ha dicho, Lawan Kulap, ha podido recaer de nuevo en las drogas, aunque llevaba ya un tiempo sin meterse nada...-Que por cierto, Yoko, ya nos podrían echar un cable tus antiguos compañeros de comisaría- Sugirió Paphitchaya.

-Si mis antiguos compañeros, empiezan a dar vueltas con los coches patrullas, los tigres van a saber que estamos buscando algo. En menos de media hora tendríamos a más gente de la que te imaginas impidiendo que siguiéramos investigando o recibiríamos pedradas, que no es la primera vez que me sucede.- Mejor que sigamos tu y yo solas, sin llamar demasiado la atención.-

El primer lugar de los que les había indicado Ling para empezar a investigar, es lo que los consumidores del barrio llamaban "la Ventana".

Lux y otros compañeros de comisaría, lo desmantelaron el año pasado, pero dicen que está en funcionamiento otra vez. Se encuentra en la avenida Khai Jiao, y la policía localizó allí dos pisos en portales contiguos, uno para atender a los compradores y otro cómo almacén.

Una ventana daba a la calle, por allí se atendía durante las veinticuatro horas del día a todo el que se acercaba a comprar.

O eso tenía entendido la agente Apasra ya que era muy pequeña para recordarlo, cuando acompañaba a su padre para hacer "sus gestiones".

-¿Y ahora?- preguntó Paphitchaya sin saber muy bien que iban a hacer a continuación.

-Sólo hay una manera de saber si aquí se sigue vendiendo. Tenemos que comprar.-

Yoko se acercó a la Ventana con la idea de comprar lo mínimo. Tocó el cristal con los nudillos, pero nadie salió a abrir. Esperó un minuto, antes de que alguien le hablara desde las sombras.

-Está cerrado, por lo menos seguirá así una semana. Los policías están tocando los cojones.- Dijo un hombre barbudo con aspecto desaliñado.

-¿A dónde puedo ir?-Insistió Yoko intentando conseguir información.- Lawan Kulap, me recomendó que viniera aquí.

-¿Lawan "la pintas"?-

Yoko no tenía ni idea, no sabía que Lawan Kulap tuviera un apodo y no sabía si "la pintas" significaba algo que le pudiera ayudar a identificarla.

-Sí, ella- Se arriesgó.

-Lawan lleva tiempo sin meterse, ya volverá por aquí.-

-¿La has visto?-Preguntó Paphitchaya.

-No, hace un tiempo que no la veo. Si eres su amiga, ve a la calle de Zakher. Ya sabes, dónde las casas más bajas.-

En la calle Zakher es Yoko la que se apea del coche y se acerca a un grupo de hombres que se ha sentado en la acera a fumarse un cigarro.

-¿Habéis visto a Lawan?, hace mucho que no la veo por aquí.-

-¿¡Y tú quién cojones eres!?-Preguntó con tono amenazador uno de ellos.

-Soy su amiga. Bueno lo fui hace años.-

—Ella intentaba no comprar por este barrio... A lo mejor te pueden decir algo de ella en la calle  Takúa. Allí venden los tigres, seguro que la conocen- Contestó otro dándole una calada a su cigarro.

Línea Roja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora