"Lee Minho era de los que nunca jugaban limpio, en especial cuando se trataba de Felix, su ex omega.
Pero cuando Felix se mudó al otro lado del país, lo persiguió, dispuesto a recuperar su amor... por todos los medios posibles."
•Omegaverse.
•Minho...
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Minho entró en el cuarto de baño y se quitó la camisa.
Tenía que darse una ducha fría cuanto antes porque recordar lo que había pasado en el balcón estaba a punto de hacerlo perder la cabeza.
Mientras besaba a Felix había sentido un deseo urgente, crudo, casi insoportable. Incluso su alfa había despertado por el momento excitante.
En cuanto sus labios rozaron los de Felix, la familiaridad de esa caricia había hecho que lo besara con un frenesí desconocido. Y oírlo gemir de ese modo casi había hecho que perdiese el control.
Después de su separación no tardó mucho en darse cuenta de que Felix era el único omega para él.
Cada vez que lo besaba, cada vez que le hacía el amor se sentía el amo del mundo, un alfa que podía conseguir todo lo que quisiera.
Se había esforzado mucho para hacerlo feliz pero, al final, su trabajo sólo había conseguido entristecerlo y alejarlo.
Minho se quitó la ropa, con una frustración a la que ya estaba acostumbrado y un deseo que intentaba ignorar. Pero cuando el agua fría golpeó su cuerpo supo que estaba recibiendo lo que merecía por dejar pasar una oportunidad así.
Pero, por mucho que lo atormentase, estaba decidido a seguir adelante con su plan y por el momento parecía estar funcionando.
El plan era obligar a Felix a recordar lo felices que habían sido juntos y entonces, cuando Felix se rindiera, en lugar de llevarlo a la cama le enseñaría la puerta.
Cuando salió de la ducha sonó su celular y, envolviéndose una toalla a la cintura, Minho tomó el teléfono y miró la pantalla. Era Jake, su representante.
—Dime Jake.—
—Podrías haberme contado que Felix y tú estaban juntos de nuevo no crees.—
Minho arrugó el ceño.
—No estamos juntos.—
—¿Y cómo explicas que Famous People vaya a publicar mañana una fotografía de los dos besándose?—
—¿Y tú cómo lo sabes?—
—Afortunadamente, tengo un contacto en los Hampton y me ha llamado para avisarme. Piensan publicarla en la portada, diciendo que se han reconciliado definitivamente.—
Minho rodó los ojos y negó con la cabeza. Famous People era una de las peores revistas de chismes, famosa por inventar escándalos entre los famosos.
—Felix y yo estamos separados y no ha cambiado nada.—
—¿Que hay del beso?—
—Solo fue un beso, Jake. La gente puede pensar lo que quiera.—
—¿Y Minji?—
—¿Que pasa con Minji?—
—¿Como que qué pasa, qué va a pensar ella?—
Minho respiró profundamente antes de contestar.
—Jake... tú mejor que nadie sabe que entre Minji y yo no hay absolutamente nada.—
—Pero el público no lo sabe y ese artículo la hará parecer una beta descartada.—
Él no tenía el menor deseo de hablar con Jake sobre su vida amorosa.
Además Jake sabia toda la verdad porque había sido idea suya.
Kim Minji estaba intentando hacerse un nombre en Hollywood y Minho había aceptado acompañarla de vez en cuando, pero sólo porque estaba harto de quedarse en casa pensando en Felix cuando no tenía que trabajar.
Jake y el representante de Minji habían pensado que sería buena publicidad y, aunque él sabía que le darían más importancia de la que tenía, entonces no le había importado.
—Bueno... ¿Donde está Felix ahora?—
—En la cama.— Respondió Minho, sin poder evitar una sonrisa al imaginar lo que pensaría Jake.
—Maldita sea Lee, espero que sepas lo que estás haciendo. Cuando Felix te corto y te rompió el corazón...
—Sé que lo haces con buena intención, pero esto es entre Felix y yo.—
—¿Y qué le digo a los periodistas cuando me llamen?—
—Diles que no tenemos nada que decir. Buenas noches, Jake.—
Minho dejó escapar un suspiro de alivio después de cortar la llamada. Jake podía ser muy pesado a veces, especialmente cuando se refería a la imagen de sus clientes. Pero entendía su preocupación.
Su separación lo había dejado destrozado, pero eso había sido antes. Ahora podía controlar la situación.
El orgullo y su instinto de alfa evitarían que volviera a caer bajo sus encantos. Además, se sentía satisfecho al pensar que aunque había conseguido que su ex omega llegara al orgasmo, se iría a la cama deseando más. No tenía la menor duda.
Sí, aquella venganza estaba siendo muy dulce.
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