Still mine [Minlix]

16

-No puedo creer que esté tan agotado. De verdad, no puedo moverme.-

Minho lo miró, sonriendo.

Acababan de llegar a Tay's Place, un restaurante muy popular en los Hampton, y Felix estaba apoyado en el coche, con unos pantalones y una bonita playera blanca.

-Me pregunto por qué.- Bromeó Minho.

-Tú sabes muy bien por qué, Lee Minho.- Replicó Felix, riendo. -Eres increíble.-

-Tú también, lo eres.- Felix enrojeció y su omega se hizo chiquito. -Anda camina, vamos a comer algo para recuperar las fuerzas.- Dijo Minho, tomando su mano para entrar en el restaurante.

Lo que más le gustaba a Minho de Tay's Place era que los paparazzi no tenían acceso al restaurante. Esa era la misma razón por la que muchos famosos que habían acudido a Bridgehampton para ver los partidos de polo estaban ahí seguramente.

Y otra cosa que le gustaba de Tay's Place era el excelente servicio, de modo que agradeció que los sentaran inmediatamente. Minho sabia que no era precisamente el alfa menos dotado.

Felix parecía cansado, pero no se arrepentía de haberlo dejado sin fuerzas. Hacer el amor con él durante todo el día había sido una de las experiencias más eróticas de su vida. Y más profundas.

-¿Qué quieres tomar?- Murmuró Felix, mirando la carta.

-Cualquier cosa. Estoy muerto de hambre.-

-Tú estás muerto de hambre y yo estoy agotado.-

Minho iba a replicar pero una voz familiar los interrumpió.

-Ah, mi amigo Lee Minho y su precioso omega, Felix. ¿Cómo están?-

Minho se levantó para estrechar la mano de su amigo alfa Choi San.

-Me habían dicho que vendrías a Bridgehampton este verano. ¿Cómo estás?- Contesto Minho saludándolo.

Había conocido a San un par de años antes cuando, siendo un estudiante, había visitado Estados Unidos para participar en un concurso de fotografía. Y eran buenos amigos desde entonces.

-Estoy bien, gracias. Y tú, Felix, estás tan guapo como siempre.-

-Gracias.- Dijo Felix con una sonrisa.

San sonrío al escuchar el pequeño gruñido por parte de Minho. Para no meterse en problemas tomó por la cintura al omega que iba con él.

-Les presento a mi pareja, Wooyoung. Cariño, Minho y Felix son amigos míos desde hace tiempo.-

Mientras se saludaban Minho intentó esconder su sorpresa. ¿San tenia pareja? Wooyoung era un omega muy bonito, pero había estado con su amigo el año anterior, mientras rodaba una película histórica en el medio oriente, y Wooyoung le había dicho que no tenía intención de atarse a alguien por el momento.

-¿Quieren cenar con nosotros?- Preguntó Felix siendo educado.

San negó con la cabeza.

-Se los agradecemos mucho, pero ya hemos cenado y estábamos a punto de marcharnos. Pero es posible que nos veamos pronto, después de algún partido.-

-Eso estaría bien.- Asintió Minho.

La nueva pareja se despidió y se fue minutos después.

-No me imagino a San con pareja.- Dijo Felix cuando se quedaron solos. -Pero parecen felices, ¿No?-

Minho no estaba tan seguro. Le había parecido notar algo raro entre San y Wooyoung, pero no sabría decir qué. De todos modos no era de su incumbencia, San era su amigo si, pero lo que hiciera con su vida privada no debía de importarle.

Negó para sus adentros y le sonrió a Felix sin mostrarle los dientes. El omega enrojeció de nuevo y le mostró una radiante sonrisa antes de volver a ocultar su rostro en el menú del restaurante.

Sin duda el más hermoso omega pensó Minho.

-No puedo creer que haya comido tanto.- Se quejó Felix cuando volvieron a casa.

Minho tiró las llaves sobre la mesa, riendo.

-Pues te has comido tu postre y el mío.-

-¿De qué te ríes?-

-De nada, pero nunca te había visto comer tanto.-

Felix soltó una carcajada mientras se dejaba caer en el sofá.

-Estaba hambriento y creo que es culpa tuya.-

-¿Y ya estás satisfecho?- Le pregunto alzando una ceja.

-Sí, mucho.-

-¿Cómo va el nivel de energía?-

Ahora fue Felix quien levantó una ceja.

-Bien, ¿por qué?-

-Sigue mirando y pronto tendrás la respuesta a esa pregunta.-

Y así fue. Minho empezó a desnudarse y Felix lo observó, fascinado.

Cuando vio que bajaba la mano hacia la cremallera del pantalón sintió un escalofrío. Su ex alfa tenía un cuerpo que podía hacerlo temblar... Pero no iba a quedarse temblando en el sofá, pensó, mientras se quitaba la playera.

Cuándo terminó de desnudarse, Minho se acercó a el.

-Eres lento, cariño.-

-Y tú eres muy rápido para algunas cosas.-

-Tienes razón.- Murmuró él, tomándolo entre sus brazos.

-¿Es que no has tenido suficiente por hoy?-

-No, ¿y tú?- Le contesto Minho descaradamente.

Felix le echó los brazos al cuello.

-No.-

Una risa salió del alfa y después unió sus labios con los del omega.

Después de todo habían comido lo suficiente y tenían la energía para lo que venia.