"Lee Minho era de los que nunca jugaban limpio, en especial cuando se trataba de Felix, su ex omega.
Pero cuando Felix se mudó al otro lado del país, lo persiguió, dispuesto a recuperar su amor... por todos los medios posibles."
•Omegaverse.
•Minho...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Minho de repente no podía racionalizar su comportamiento pensando que todas esas horas que pasaba trabajando eran por él. Porque al final, no le había dado lo que más necesitaba: su tiempo.
Había echado de menos su presencia, la conexión que habían compartido al principio pero que habían ido perdiendo poco a poco.
¿Cómo podía haberse equivocado tanto sobre lo que Felix necesitaba?
Él había querido que fueran felices, pero no lo eran. Al menos, él no lo era.
De repente su plan de venganza ya no le parecía tan dulce.
Felix estaba al borde de la piscina, poniéndose bloqueador antes de lanzarse al agua de cabeza, y Minho recordó un tiempo en el que lo único que quería era convertirlo en su pareja con su mordida y tener hijos.
Lo había querido tanto...
«Y aún lo quiero».
Esa admisión fue como un puñetazo en el estómago. Nada importaba en ese momento, ni la humillación que sintió cuando pidió que terminaran, ni la rabia y la frustración que había sufrido durante esos meses.
Su única certeza era que seguía queriéndolo y que, si hubiera alguna posibilidad de reparar el daño, haría las cosas de otra manera.
No sabía si Felix estaba dispuesto, pero había una manera de averiguarlo.
Y esta vez no lo hacía empujado por el deseo de vengarse, sino porque había tomado una decisión.
Era hora de recuperar a su omega.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando Felix sacó la cabeza del agua vio que Minho se había lanzado después de él.
Muy bien, hora de salir de la piscina, pensó, nadando hacia la escalerilla.
Sentado sobre un escalón lo observó, nadando a grandes brazadas, meticulosas y bien definidas. Era un buen nadador, al fin y al cabo Felix lo había ayudado con clases de natación privadas.
Pero nadaba hacia él y, antes de que se diera cuenta, lo tomó por la cintura.
—¡Minho!— Grito, agarrándose a su cuello para que no lo hundiera.