"Lee Minho era de los que nunca jugaban limpio, en especial cuando se trataba de Felix, su ex omega.
Pero cuando Felix se mudó al otro lado del país, lo persiguió, dispuesto a recuperar su amor... por todos los medios posibles."
•Omegaverse.
•Minho...
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Minho y Felix comían en silencio, la tensión podía sentirse. Para ser sinceros Minho odiaba estar así con Felix, considerando que él era un omega demasiado relajado y feliz.
Decidiendo aligerar el ambiente Minho hablo recordando el tema de los Oscar.
—No he tenido la oportunidad de darte las gracias por mencionarme en tu discurso cuando recogiste el Oscar.— Dijo Minho, al otro lado de la mesa. —No tenías por qué hacerlo.—
No había esperado que le diese las gracias. Considerando cómo habían ido las cosas durante su separación, pensó que su nombre sería el último que Felix pronunciase esa noche.
Había sido una sorpresa, pero Felix siempre lograba sorprenderlo.
Como unos minutos antes, cuando volvió a la cocina y descubrió que había puesto la mesa para ambos.
—Era mi obligación.— Hablo Felix restándole importancia. —Da igual cómo terminase nuestra relación, la verdad es que no hubiera conseguido ese papel de no ser por ti. Tú me hiciste creer que podía interpretarlo.—
Minho no dijo nada. Él sabía que podía hacerlo y junto con Ben Hudson, el actor principal, Felix había hecho una interpretación estelar. Y ambos consiguieron un Oscar.
Había llegado solo al teatro Kodak, sorprendiendo a muchos al no llevar una omega del brazo. Su representante había intentado convencerlo para que fuese con alguien, ya que seguramente Felix no iría solo, pero Minho decidió no hacerle caso. Y cuando vio que Felix tampoco iba con nadie se alegró, aunque intentó convencerse a sí mismo de que no le importaba.
Estaba amargado esa noche, sabiendo que Felix debería haber recorrido la alfombra roja a su lado. Y estaba radiante, más hermoso que nunca, con un traje hecho a la medida que le quedaba fabuloso. Pero esa noche, dejando a un lado su amargura, deseo que se llevara el Oscar que tanto merecía.
Y cuando generosamente le dio las gracias por darle el papel, las cámaras se habían vuelto hacia él para observar su reacción. Por fuera parecía absolutamente tranquilo, pero por dentro se había sentido más agradecido que nunca.
—Bueno, Minho, ¿Qué vas a hacer en Nueva York?—
Él carraspeó, percatándose de que estaba mirándolo como un tonto. Nervioso, tomo la copa de vino e intentó concentrarse.
—Ya sabes que, aunque me encanta hacer cine, siempre ha sido mi sueño hacer un documental.—
—Si, claro.—
Felix lo sabía porque habían hablado de ello a menudo.
—Nueva York va a celebrar el aniversario de la estatua de la libertad y el alcalde está buscando un documentalista que filme el evento. El último gran documental sobre el tema lo hicieron en el año de 1986 y recibió una nominación al Oscar.—