Still mine [Minlix]

15

Felix respiró profundamente y cerró los ojos cuando lo dejó sobre el edredón. Lo tocaba por todas partes, con las manos y la boca, y después de acariciar sus pezones como sabía que le gustaba inclinó la cabeza para rozarlos con la lengua, metiendo una mano entre sus nalgas.

Minho después se colocó entre ellas, apretando la cara contra ellas como si necesitara besarlo allí.

—Alfa...

Felix se apretó contra su boca y dejó escapar un gemido de placer al notar que hundía en el la lengua.

Las sensaciones eran tan intensas que sólo podía jadear y gemir antes de explotar en un orgasmo tan potente que llevó lágrimas a sus ojos.

—¿Te gusta?— Murmuró Minho besando su cuello.

Incapaz de pronunciar palabra, Felix asintió con la cabeza. Un segundo después, Minho se colocaba sobre él, separando sus piernas con la rodilla.

—¿Estas seguro cariño?— Murmuró con voz ronca.

Felix no había estado más seguro de nada en toda su vida.

—Sí alfa, sí estoy seguro.—

Eso era todo lo que Minho necesitaba escuchar.

Siguió mirándolo a los ojos mientras bajaba las caderas, su erección abriéndose paso entre el ano de Felix. Cuando sus músculos internos lo apretaron, musitó su nombre con voz ronca. Había echado de menos aquello. Lo había echado de menos a él.

Quería cerrar los ojos para disfrutar de la sensación, pero los mantuvo abiertos mientras Felix levantaba las caderas para recibirlo.

Y cuando se enterró en el hasta el fondo dejó escapar un grito ronco, el placer provocando convulsiones que lo recorrían de arriba abajo. Pero siguió moviéndose con embestidas insistentes, sabiendo que Felix disfrutaba tanto como él.

—Alfa, por favor...

El anhelo en su voz revelaba lo que quería y Minho se movió más rápido. Entendía su deseo porque era tan fiero como el suyo. Se movían al mismo ritmo y cuando Felix enredó las piernas en su cintura la explosión los sacudió a los dos, el orgasmo ahogándolo de placer.

—¡Alfa!—

Aquello demostraba lo que ninguno de los dos había querido admitir hasta aquel momento.

Separados o no, su relación no había terminado.

Felix estaba tan agotado que no podía abrir los ojos. Era incapaz de moverse, su cuerpo aún íntimamente conectado con el de Minho. Incluso podía sentir la humedad entre sus muslos...

Poco a poco, abrió los ojos y vio el rostro de Minho a unos centímetros del suyo. Estaba dormido, pero no lo había soltado y tenía una pierna sobre las suyas. Era como si hubiera elegido deliberadamente esa postura para detectar si se movía.

Felix miró el reloj de la mesilla y vio que eran casi las dos, de modo que habían pasado las últimas cinco horas en la cama. Cerrando los ojos de nuevo pensó que nunca había experimentado algo así y tembló al recordar sus íntimas caricias...

No había hecho el amor con ningún otro desde su ruptura y ahora sabía por qué: su cuerpo no deseaba a ningún otro alfa, sólo a Minho.

Sintió que el miembro de Minho crecía dentro de él y cuando levantó la cabeza se encontró con los ojos oscuros de su ex alfa. Se quedaron así mirándose mientras su miembro palpitaba dentro de él.

—Oh... dios mío.— Las palabras escaparon de su boca mientras sus músculos internos lo abrazaban.

Minho se inclinó hacia delante para besarlo, moviéndose al mismo ritmo que su lengua, y Felix no podía dejar de gemir con cada embestida.

Minho lo giro completamente sin salir de él, su trasero en el aire. Pasaron pocos segundos cuando Felix sintió a Minho moverse dentro de él de nuevo, mientras ahogaba sus gemidos contra la almohada.

Minho se movía con una precisión que los llevaba a ambos a la perdición, una de sus manos se coló hacia el miembro de Felix y lo estimuló para mas placer.

Unos minutos después Felix sintió un orgasmo tan profundo que lo hizo gritar, totalmente abrumado por la magnitud del placer. Minho explotó mientras se hundía en el por última vez, Felix sintió como se derramaba en su interior con su nudo creciendo.

—Minho...

Estaba temblando y siguió temblando incluso cuando él buscó su boca para poder besarlo de nuevo.

Le succiono el labio inferior, mientras trataba de calmar el dolor del nudo.

Cuando terminó salió de el y quedaron frente a frente. Felix soltó un suspiro y antes de que pudiera decir algo Minho lo volvió a besar.