"Lee Minho era de los que nunca jugaban limpio, en especial cuando se trataba de Felix, su ex omega.
Pero cuando Felix se mudó al otro lado del país, lo persiguió, dispuesto a recuperar su amor... por todos los medios posibles."
•Omegaverse.
•Minho...
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Minutos después, ya que ambos se habían demostrado cuanto se amaban con un beso, Felix hablo de nuevo.
—No fue culpa tuya. No fue culpa de nadie, el médico me dijo que era normal, que esas cosas pasaban a menudo y que podría tener otros hijos.—
—¿Pero los habrá para nosotros?— Le preguntó él. —¿Para ti y para mí?—
Felix sabía lo que estaba preguntando. Minho le había dicho una vez que no quería tener hijos con ningún otro omega y, por el brillo de sus ojos, seguía pensando lo mismo.
Quería saber si su relación podría volver a ser la de antes, cuando Felix era todo su mundo y viceversa.
Felix lo miro sonriendo sin mostrar los dientes antes de asentir y volver a lanzarse a sus brazos. Él lo recibió gustoso con una pequeña risa, lo tomo de las caderas y lo acomodo encima de él.
Felix unió sus frentes para después juntar sus labios en otro beso, más relajado y lento. Un beso que le mostraba cuando lo quería y cuanto lo había echando de menos.
Minho no perdió el tiempo y empezó a desvestirlo, primero le desabrocho la linda camisa de flores que llevaba. Felix reaccionó a su toque y movió sus caderas encima de él.
Ambos soltaron un gemido. Minho sonrió mientras le mordió el labio inferior.
El paseo por la playa podría esperar.
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Marie corrió hacia ellos en cuanto Minho y Felix entraron en la carpa y, por su expresión ansiosa, era evidente que buscaba una primicia. Y en aquella ocasión no les importó dársela.
—Los veo muy sonrientes.—
Minho tomó a Felix por la cintura.
—Hace un día precioso y vamos a ver un estupendo partido de polo.—
—Yo creo que hay algo más.— Insistió Marie.
Felix, que estaba de muy buen humor, decidió ahorrarle esfuerzos.
—Sí, la verdad es que hay algo más y puedes decir que te lo hemos contado nosotros mismos: Minho y yo hemos decidido unirnos para siempre.—
La sonrisa en el rostro de la mujer parecía sincera.
—Me alegro mucho por los dos, pero como podrán imaginar todo el mundo querrá conocer los detalles de esa reconciliación.—
—Lo siento Marie, pero algunas cosas son privadas.— Dijo Felix.
No pensaba contarle que iban a celebrar una ceremonia íntima allí mismo, en la playa.
La primera persona a la que llamó fue a Jeongin, que daba saltos de alegría al saber la noticia.
—¿Felix será la estrella en alguna de tus películas, Minho?—
Él lo miró, riendo, enamorado.
—Felix puede hacer lo que quiera.—
—Eso es un sí, imagino.—
—Cuenta lo que te parezca.— Dijo él.
Y, sabiendo que probablemente Marie llevaba una cámara, tomó a Felix entre sus brazos para besarlo con la profunda ternura de un hombre enamorado.
Nadie entendería las emociones que experimentó en ese momento, las emociones de un alfa que se había dado cuenta de que había encontrado a su predestinado.
El corazón de Felix estaba rebosante de alegría y más tarde, cuando Minho y el ocuparon sus sitios para ver el partido no pudo evitar que una lágrima rodara por su rostro.
—¿Lix... estás bien, cariño?—
—No podría estar mejor. Te quiero mucho, Minho.—
—Yo también.— Dijo él, apretando su mano.
Felix apoyó la cabeza en su hombro.
Se sentía feliz porque, además de haber recuperado al amor de su vida, los dos estaban de acuerdo en volver a intentar tener un hijo.
Pero, por el momento, estaba deseando volver a ser Felix Lee de Lee.
Le gustaba mucho ese nombre y decidió demostrárselo cuando volvieran a casa.
La vida era maravillosa sí, pero estar con el alfa al que amaba era lo mejor de todo.
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