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Atención: Este capítulo contiene una escena +18 (no explícita) que puede no ser adecuada para todo el público. Si no te sientes cómodo con este tipo de contenido, te pido amablemente que avances  a la siguiente parte o abandones la historia.

Si decides permanecer, es tu elección. sin mas que decir... Comencemos:

"Quizás perder la memoria fue algo terrible

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"Quizás perder la memoria fue algo terrible... pero lo que vi... me hace desear volver a olvidarlo todo"


Después de lo que pareció una eternidad, finalmente sonó el timbre que anunciaba la hora de la salida. Erizo sintió una mezcla de alivio y agotamiento al dejar atrás otra jornada en la escuela. Mientras los estudiantes se apresuraban a salir, ella se movió lentamente, aún procesando la experiencia del día.

El día había sido una mezcla de inseguridades y confusión, y no podía evitar sentir que había una barrera entre ella y sus compañeros. Las palabras que veía en sus rostros la hacían sentir cada vez más aislada, como si estuviera atrapada en un mundo diferente, uno donde solo ella conocía la verdad oculta tras las apariencias.

Se dirigió a la salida, intentando ignorar las conversaciones y risas que la rodeaban. Lo último que quería era mencionar o discutir algo sobre las verdades que veía, ni siquiera con su madre, que había tratado de "apoyarla". Sabía que nadie podría comprender lo que estaba experimentando; era un secreto que no podía compartir.

Mientras caminaba hacia la salida, sintió una punzada de tristeza. La familiaridad de su hogar le parecía lejana. La voz que había escuchado en su mente seguía resonando, y la idea del aula 02 flotaba en su conciencia, pero en ese momento no quería pensar en ello. Solo quería volver a la tranquilidad de su habitación, donde podría refugiarse en sus pensamientos sin la presión de los miradas ajenas.

Al salir al exterior, el aire fresco le dio una pequeña sensación de alivio. La luz del sol iluminaba el camino hacia su casa, y Erizo decidió centrarse en lo que podía controlar: su regreso a casa y el descanso que tanto necesitaba. Con cada paso, intentó dejar atrás la tensión acumulada del día, aunque sabía que, en el fondo, esas inquietudes seguirán asechándola.

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Al llegar a casa, Erizo notó que la puerta estaba abierta, pero no había nadie en el interior. Un silencio envolvente llenaba el espacio, y, aunque la soledad podría haberla abrumado, decidió no darle importancia. Era un nuevo día, el comienzo de una nueva etapa en su vida, y quería concentrarse en eso.

Se dejó caer en el sofá, dejando escapar un suspiro profundo. La jornada en la escuela había sido agotadora; cada mirada y cada palabra que había escuchado parecían resonar en su mente. Pero, a pesar de todo, sentía que había tomado una decisión importante al regresar a clases. Era un paso hacia adelante, una forma de retomar el control de su vida.

Se levantó y caminó hacia la cocina, donde decidió prepararse algo de comer. Mientras esperaba que el agua hirviera, miró por la ventana. La luz del sol se filtraba entre las hojas de los árboles, creando un juego de sombras que parecía invitarla a relajarse. Sin embargo, en su interior, una parte de ella seguía inquieta, pensando en los carteles que había visto.

UnknownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora