Después de un devastador accidente que le provoca la pérdida de memoria, Erizo se encuentra atrapada en un mundo que ha cambiado drásticamente.
Ahora, su percepción de la realidad está alterada. En lugar de ver los ojos de las personas, solo distin...
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"Intenté enterrar ese sonido profano de mi ser, pero sigue ahí, envenenando cada rincón de mi mente. La paz ya no existe para mí; solo el vacío y esta mentira que llevo como piel. Pero ahora... es el miedo quien huye de mi. Es hora de pagar por tu crimen podrido y repugnante, por tu asquerosa cobardía. Te veré pudrirte en una celda oscura y nauseabunda, solo, ahogado en el mismo infierno que creaste"
Erizo se encontraba sentada en el banco frente a la escuela, absorta en su celular mientras repasaba una vez más todo lo que había hecho hasta ahora. Aún no entendía completamente lo que significaba el plan en su totalidad, pero ya estaba demasiado adentrada en él como para dar marcha atrás. Sabía que el momento estaba cerca. Solo faltaba una cosa más: hacer las cosas bien, sin dejar espacio a errores.
El timbre de la escuela aún no había sonado, pero Erizo había llegado temprano, como siempre lo hacía cuando sentía que el tiempo se le escurría entre los dedos. Mientras revisaba el archivo en su celular, pensando en los últimos detalles, sintió una mano en su hombro.
"¿Erizo?" dijo Clara, su voz sorprendida pero cálida. "¿Qué haces tan temprano? ¿Todo bien?"
Erizo levantó la vista y vio a Clara sonriéndole de forma tranquila, como si nada estuviera fuera de lugar. Eso la hizo sentir un nudo en el estómago, pero lo disimuló bien.
"Sí, todo bien" respondió Erizo con una sonrisa algo forzada, aunque su tono no denotaba nerviosismo. "Solo, ya sabes... cosas"
Clara se sentó a su lado, sin presionar, solo esperando como buena amiga. No preguntó más. Erizo sabía que Clara confiaba en ella, lo que la hacía sentir aún más culpable por lo que iba a hacer. Pero esta era la única forma de que todo terminara.
"No te preocupes" continuó Erizo, su voz tomando un tono más relajado. "Solo... es que tengo un proyecto de informática, y... bueno, vine a adelantar algunas cosas"
Clara asintió, aparentemente satisfecha con la explicación. "Ah claro, tienes una mente brillante. Seguro te irá bien"
Erizo se forzó a sonreír mientras en su mente calculaba los próximos pasos. La clase de informática, pensó. Ahí tendría la oportunidad perfecta. Las computadoras estaban conectadas a la red del colegio, y había planeado todo con anticipación. Robó un cable USB de su casa y un dispositivo USB con el que pensaba cargar las pruebas. Ya tenía todo listo. Solo quedaba ejecutarlo.
Su mente volvió al lugar al que debía ir: al aula de informática. Necesitaba conectar su USB, cargar las evidencias y enviarlas de manera segura. Las pruebas serían lo primero que recibiría la policía, pero no antes de dar el siguiente paso.
Y luego, sería el final. El fin de esta pesadilla. Sabía que no quedaba mucho tiempo. El plan que había elaborado meticulosamente estaba por terminar, y una extraña sonrisa torcida se formó en su rostro.