CAPÍTULO 9

247 35 1
                                    

Pov. Axel

La mañana pasó bastante rápido con todas las clases que tuve. Básicamente estuve con Hermione casi toda la mañana porque compartimos todas las clases, incluidas las optativas. Sin embargo, no hablamos mucho al sentarnos en distintos sitios y estar con distintas personas en el grupo.

Esa misma tarde fui a la biblioteca ya que había quedado con Aura para empezar el trabajo que nos habían dejado en runas antiguas. Todavía quedaba mucho tiempo para entregarlo, pero cuanto antes termináramos antes podríamos hacer otros trabajos.

Si algo estábamos notando todos los de 7º año eran los millones de trabajos y tareas más que nos ponían los profesores cada día. Todo enfocado para afrontar los éxtasis que haríamos a finales de año que marcarían el final de nuestra etapa de estudiantes en Hogwarts.

A mi favor tenía que me caracterizaba por ser un chico bastante organizado. Odiaba dejar las cosas para el último día porque después me agobiaba demasiado y estaba de mal humor todo lo que quedaba de día. Menos mal que Danielle, mi compañera de trabajo en runas, lo había entendido y estaba con la misma idea que yo de hacerlo pronto para entregarlo y olvidarnos.

Aunque me hubiera gustado más que me tocara con Hermione y así tener una excusa válida para tener más tiempo con ella, no me importaba trabajar con la castaña de ojos azules. Era muy simpática e inteligente así que sabía que nos llevaríamos muy bien a la hora de trabajar.

No había hablado mucho con ella este último año, aunque durante nuestro 5º año y parte del 6º sí compartimos bastantes palabras y ratos porque se había hecho amiga de Daphne durante un viaje a Hogsmeade, así que pasaba bastante tiempo con ella cuando decidía pasar tiempo con mi hermana y con sus amigas.

Era una chica muy dulce que siempre tenía una sonrisa en la cara, cosa que hacía mucha falta siempre, pero sobre todo en un momento como este. Nadie le miraba ni hablaba mal aquí en Hogwarts, era como Luna Lovegood aunque a Danielle nadie le insultaba ni le llamaban lunática. Se había ganado el cariño de todo el mundo con su encanto y amabilidad.

Teníamos la misma edad, pero Danielle también había querido repetir este año ya que, con todo lo que pasó durante la guerra en Hogwarts, casi no pudo aprender nada. Aparte de que las artes oscuras, por decir una asignatura en concreto, no fueron bien impartidas por los hermanos Carrow... unos idiotas la verdad.

Llegué a las puertas de la biblioteca a las 16:15, nada más acabar de comer, para reunirme con la chica de Hufflepuff. Todavía quedaban unos minutos hasta que se hiciera la hora que habíamos quedado, así que me detuve a pensar en mis cosas.

–Has llegado pronto Axel–comentó la chica Rossier llegando hasta mí sacándome de mis pensamientos–todavía no es la hora.

–Ya... es que me gusta llegar un poco antes–me encogí de hombros, era una de mis manías con la puntualidad, llegar un poco antes de la hora acordada para no hacer tarde.

–También a mí–se rio un poco–¿entramos?

Asentí con la cabeza y pasamos por el mostrador de Madame Pince, la cual nos sonrió de manera amable al vernos ya que éramos dos frecuentes. Fuimos a una de las mesas, aunque había bastante gente que se nos quedaron mirando a ambos como si tuviéramos dos cabezas.

Tal vez que uno de los chicos más odiados de todo Hogwarts estuviera con la niña bonita no estaba bien visto por los demás. Claro que a mí me daba igual lo que pensara la gente, pero no quería que le salpicara a Danielle porque la vieran conmigo.

Estaba seguro de que a ella no le dirían nada, pero no quería arriesgarme a que lo hicieran. Sabía cómo era la chica de sensible y lo que menos quería era que le hicieran nada. Entonces sí que se las verían conmigo porque una chica como la castaña no merecía nada de eso.

Segunda oportunidad (Hermione Granger)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora