Pov. Hermione
Un par de semanas después de pasar la tarde con Axel en la biblioteca, las cosas habían mejorado bastante para mí. Desahogarme con él en vez de guardarlo todo en mi cabeza había sido de las mejores cosas que había hecho en mucho tiempo.
Gracias a su consejo y a sus palabras había conseguido hablar con Harry y Ron de cómo me hacía sentir que estuvieran encima de mí todo el rato cuestionando todo lo que hacía y, tras una charla en la que los tres pudimos expresarnos sin levantar la voz ni enfadarnos, parecía que lo que les dije había funcionado.
Ahora me dejaban más a mi aire sin decirme nada cuando tomaba una decisión, les pareciera bien o les pareciera mal, lo cual era un gran alivio para mis hombros. También se habían cansado por fin de decirme que no me volviera a juntar con Axel porque les había dejado claro que no iban a conseguir nada con eso.
Ron todavía no estaba muy de acuerdo porque lo seguía odiando con toda su alma, pero después de hablar con él en privado tras hablar con él y Harry dejó de decirme nada. Ya era mayor como para saber quién era bueno y quién era malo para mí, y sin tener ninguna duda sabía que el chico Greengrass era alguien muy positivo en mi vida.
Desde que volví a hablar con él era otra persona distinta. Había recuperado a mi confidente, a mi mejor amigo, a la persona en la que podía confiar siempre para cualquier cosa. Me hacía feliz que volviéramos a ser lo que éramos antes de la guerra. Sentía que había recuperado una de las partes fundamentales de mi vida.
Podía ser que todavía quedaran demasiadas cosas por sanar en mi interior, pero al menos una de esas heridas de mi corazón se había sanado desde que Axel volvió a estar a mi lado. Lo necesitaba porque me aportaba cosas que nadie más podría aportarme.
Habíamos vuelto a pasar mucho tiempo juntos en la biblioteca haciendo tareas o simplemente pasando el rato como antes hacíamos. Era divertido estar con él leyendo un libro los dos juntos mientras lo comentábamos o nos reíamos de lo que ocurría con los personajes y la trama.
Planes tan simples junto a la persona que más querías los hacían ser increíbles. Sobre todo cuando ambos éramos amantes de la lectura y de planes tranquilos que incluían una biblioteca o un ambiente rodeados de libros. Igual para otras personas no, pero para nosotros era perfecto así y era lo que lo hacía tan especial.
No quería volver a separarme de él, menos porque otras personas me lo dijeran. Tal vez ellos, y por ellos hablo por mis dos mejores amigos, pensaran que juntarme con Axel era malo para mí porque él había sido uno de los mortífagos que presenciaron todo, pero no fue porque él quiso.
Claro que ninguno de los dos chicos sabía nada de eso ni pensaba que lo fueran a entender. Axel no les había dicho nada porque no tenía por qué darles explicaciones a ninguno, además de que yo no sería quien lo hiciera ya que no era algo que yo pudiera decir así porque sí.
–¿Entonces hemos terminado?–me preguntó Kendall cerrando su libro de runas.
–Sí... eso parece–sonreí suavemente copiando su gesto.
Las dos sonreímos con felicidad y guardamos todo lo que habíamos utilizado para hacer el trabajo de runas antiguas. Devolvimos todos los libros a sus respectivas estanterías y volvimos a la mesa para hablar un rato sin hacer mucho ruido para que no nos echaran la bronca. Total habíamos terminado un poco antes de lo previsto y tenía que hacer tiempo hasta que tuviera que irme.
–Menos mal, pensaba que no iba a terminar nunca este maldito trabajo–rio brevemente–dale las gracias a Greengrass por habernos ayudado con esto. Sin él hubiera sido imposible que hubiéramos acabado tan rápido.
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Segunda oportunidad (Hermione Granger)
FanfictionLa 2ª Guerra Mágica había dejado muchas secuelas, tanto físicas como psicológicas en aquellos que tuvieron que luchar por lo que creían o por salvar a sus familias. Mientras que Hermione intenta sanar las heridas que dejó la guerra, Axel Greengrass...