CAPÍTULO 37

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Me acomodé en la cama, tomando mi teléfono mientras esperaba que la videollamada se conectara. Al ver el nombre de Aurie en la pantalla, sentí un pequeño vuelco en el estómago, uno de esos buenos, pero sabía que algo más me pesaba. Todo lo que estaba pasando en México, lo que le ocultaba... me hacía sentir inquieta.

La pantalla se iluminó y ahí estaba ella, sonriéndome como siempre.

—Hey, mi amor... —saludé, tratando de sonreír con ligereza— ¿Cómo estás?

—Bien, la escuela esta muy pesada últimamente, pero sobrevivo. ¿Y tú? ¿Cómo va todo por allá? —su voz sonaba tranquila, aunque noté un leve cansancio o quizás algo más.

—Lo de siempre —contesté, tratando de sonar casual—. Mi papá ha estado bastante ocupado, así que he tenido al menos algo de paz.

Nos reímos juntas, pero había algo en Aurie, una tensión sutil que no podía ignorar. Sabía bien qué era, y eso me hacía sentir una presión en el pecho que no quería enfrentar.

—Me alegra escucharlo —dijo suavemente—. He estado pensando mucho en ti. Extraño nuestras tardes juntas, ya sabes, esas donde no hacíamos nada y aun así lo era todo.

Sentí cómo se me encogía el estómago al escucharla. Su sinceridad siempre me tocaba profundamente, pero ahora había una parte de mí que no sabía cómo manejar lo que estaba pasando. Todo lo que estaba entre nosotras, la distancia, el plan con Matteo... no quería que las cosas fueran así.

—Yo también te extraño, más de lo que puedo decir —respondí, tratando de mantener mi voz firme—. No veo la hora de volver a Italia, estar juntas otra vez... Me haces tanta falta.

La sonrisa de Aurie no fue tan brillante como de costumbre. A través de la pantalla, noté esa pequeña chispa de incomodidad, y me odié por ser parte de la razón de esa sensación.

—Te extraño tanto —susurró, con ese tono suyo que siempre me hacía sentir tan querida—. ¿Ya decidiste cuándo vas a volver?

Suspiré, deseando poder darle una respuesta clara.

—Aún no lo sé. Leeremos el testamento pasado mañana, pero Quiero quedarme el tiempo necesario para que todo esté en orden aquí, pero prometo darme prisa, No quiero estar lejos de ti por tanto tiempo.

Aurie sonrió, pero sus ojos reflejaban algo más, algo que no podía ignorar. Sabía que ella estaba siendo paciente, que estaba esperando algo de mí que no había llegado aún. La culpa me carcomía.

—Lo importante es que cuando vuelvas, haremos algo increíble. Ya estoy planeando una sorpresa para ti. Va a ser perfecto —dijo, con esa calidez que siempre me derretía.

—¿Sorpresa? ¿De qué tipo? —pregunté, tratando de animar el ambiente, aunque por dentro me sentía cada vez más tensa.

—Si te lo digo, ya no sería sorpresa, ¿no crees? —Me guiñó un ojo, y aunque sonreí, sabía que algo no estaba bien entre nosotras.

—Seguro que va a ser increíble —dije, intentando sonar más entusiasta—. Todo lo que hacemos juntas lo es.

El silencio cayó entre nosotras, no incómodo, pero había una tensión que no existía antes. Sabía lo que Aurie quería escuchar, lo que yo no había estado diciendo. Ella había dicho "te amo" tantas veces ya, pero cada vez que lo hacía, el peso de mi propia inseguridad me aplastaba.

Aurie tomó aire y, como si no pudiera evitarlo, lo dijo de nuevo.

—Te extraño y... te amo.

Mis labios se apretaron. No era que no lo sintiera, porque lo hacía. Pero había algo dentro de mí que me detenía, algo que no podía explicar.

𝙄𝙉𝙑𝙄𝙎𝙄𝘽𝙇𝙀 𝙎𝙏𝙍𝙄𝙉𝙂 (ᴘᴀᴜʟɪɴᴀ ᴠɪʟʟᴀʀʀᴇᴀʟ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora