FINAL

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Pov Paulina

Unos días después de mi última visita a Aurie, la tensión entre nosotras había crecido. Había algo en el aire, algo que no podía ignorar. La familiaridad de nuestros encuentros había comenzado a convertirse en algo más, algo que nos empujaba a confrontar lo que habíamos estado evitando.

Ese día, entré al consultorio de Aurie con una mezcla de nerviosismo y emoción. La habitación olía a antiséptico, pero en medio de todo eso, había un rayo de luz que se filtraba por la ventana, iluminando su rostro mientras estaba concentrada en unos documentos. No pude evitar sonreír al verla.

—Hola, Paulina —dijo sin mirar, pero su tono era cálido, familiar. Alzó la vista y me sonrió—¿Cómo estás?

—Bien, gracias. Solo quería contarte algo —respondí, sintiendo que mis palabras tenían más peso del que quería. Me acerqué a su escritorio, tratando de parecer casual— Al final cerramos el trato con el hospital.

Su rostro se iluminó con una sonrisa genuina, lo que me hizo sentir un poco más relajada.

—¡Eso es genial! Sabía que lo lograrías.

—Si yo, solo queria despedirme, me ire en la madrugada —dije, sintiendo cómo una pequeña punzada de tristeza se instalaba en mi pecho— No tengo nada más que hacer aquí, así que creo que es el mejor momento para volver a casa.

Aurie frunció el ceño, y en su expresión había algo que no podía descifrar. Podía sentir que la noticia la afectaba de alguna manera.

—Paulina. Estoy feliz por ti —dijo, aunque su voz carecía de la energía que había mostrado al principio.

—Gracias —respondí, pero no podía sacudirme la sensación de que había más en juego que un simple adiós. La mirada en sus ojos, el brillo que solía tener, parecía desvanecerse. Así que decidí arriesgarme un poco más—. ¿Tienes planes para esta noche? Podríamos salir a celebrar.

Aurie me miró con una mezcla de sorpresa y duda. Sabía que el tiempo que habíamos pasado juntas había estado cargado de emociones no resueltas, y por un momento, nos quedamos en silencio, nuestras miradas chocando y sosteniéndose.

—No... no tengo nada planeado —dijo, bajando la mirada como si estuviera pensando en algo más. En ese momento, el aire entre nosotras se sentía diferente, casi cargado. La distancia que había entre nosotras parecía disminuir mientras nos mirábamos.

—Entonces, ¿por qué no lo hacemos? —le propuse, sintiendo que cada palabra estaba cargada de significado.

Aurie se mordió el labio, y un instante de vulnerabilidad brilló en sus ojos. Era como si la barrera que habíamos levantado durante tanto tiempo comenzara a desmoronarse.

—Paulina... —dijo, pero no continuó, como si no supiera qué más decir.

—¿Qué pasa? —pregunté, el corazón latiéndome con fuerza. Había una inquietud en mi pecho, pero sabía que no podía dar marcha atrás. Había llegado el momento de enfrentarnos a todo lo que habíamos mantenido reprimido.

—No sé... solo... —Suspiró, finalmente levantando la vista y mirándome a los ojos— Ha sido complicado para mí. Verte de nuevo, después de todo. Pero tengo una responsabilidad con...

—Entiendo —dije suavemente interrumpiendola.

La habitación se llenó de un silencio profundo, y entonces, algo cambió. Era como si el espacio entre nosotras se encogiera, y antes de que pudiera pensar, nos acercamos una a la otra. Nuestros labios se encontraron en un beso suave, casi tímido al principio, como si estuviéramos redescubriendo algo que habíamos olvidado.

𝙄𝙉𝙑𝙄𝙎𝙄𝘽𝙇𝙀 𝙎𝙏𝙍𝙄𝙉𝙂 (ᴘᴀᴜʟɪɴᴀ ᴠɪʟʟᴀʀʀᴇᴀʟ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora