Llega el lunes y estoy ansiosa por ir al trabajo en la cafetería. No tengo uniforme, sólo un conjunto cómodo.
Me despido de Brenda a la cual ya se le acabaron sus vacaciones en su trabajo de bienes raíces.
Son las 7:30 am y el aire frío de la mañana hace que tiemble.
Estoy tan nerviosa que reviso mis rizos cada dos minutos y me arrepiento de no usar mas gel fijador en el.
Llego y me abre la puerta una señora que visualmente puedo describir como acogedora.Al entrar en la cafetería, me encuentro con un ambiente moderno pero cómodo.
El aroma a pan recién hecho rápidamente me distrae de la hermosa decoración dorada. Según lo que veo, el edificio de tres pisos alberga la cafetería en la planta baja.-¡Hola, mi niña! ¿Eres la nueva chica que Oliver contrató? -dice,la mujer ofreciéndome un desayuno.
-Soy Delia Ferry, la nueva. Un gusto conocerla... -digo tímidamente.
-¡Pareces un tulipán fresco! ¡Qué linda! Oliver me dijo que eras bonita, pero no tanto.
Mis pensamientos dicen que exagera, pero tengo que responder algo educado antes de que piense que creo que está loca.
-Gracias... ¿Cuál es su nombre, señora? -respondo con una sonrisa cálida.
-¿No te lo había dicho antes? Soy Rose, la cajera principal -responde con una alegría que cualquiera pensaría que es mi mamá.
Rose me muestra mi lugar, que es en la cocina haciendo los rellenos.
-¿Y el resto del equipo?-Pregunto curiosa a Rose
-No cariño solo somos nosotras 2 y Oliver cuando se digna a venir- Dice rose girando los ojos
-¿Es nueva la cafetería? ¿Por eso hay poco personal? -Contestó mientras miro los botes enormes de mantequilla.
-Esta cafetería abrió hace 3 años y Oliver no contrata a cualquiera, por eso me asombro cuando me dijo que llegaría una nueva chica.-Entiendo -digo pensativa mientras observo el lugar.
Cuatro horas antes de cerrar, Oliver llega y pasa directo a la computadora para revisar los registros del día con mucho esmero.
Desde la cocina, veo que Rose se le acerca y le susurra algo al oído con tono burlón.
Aunque no he escuchado las palabras exactas, su expresión me indica que se está refiriendo a mí.La expresión de Oliver es de asombro, como si se hubiera olvidado de que yo había comenzado a trabajar hoy.
Se arregla el cabello y calma su cara antes de dar la vuelta. Salgo corriendo en silencio a la cocina y escucho sus pasos acercándose.-Ahí estás, ¿qué tal tu primer día de trabajo, Delia? -comenta Oliver tranquilamente.
-Fue perfecto, Rose es muy amable -respondo, tratando de ocultar mi nerviosismo al verlo.
-Pensé que no vendrías -dice Oliver con una expresión algo nostálgica.
-¿Por qué?
-No vi tu auto y pensé que habías desistido de la idea...
-Vine caminando y ya es el segundo comentario que haces sobre mi auto. ¿Vas a ir al río?
-Sí, iré -responde Oliver mientras prueba una ganache de chocolate que había hecho antes.
-¿Está rica? -pregunto curiosa.
-Sí, me gusta -dice, mirándome intensamente.
Su mirada y lenguaje corporal hacen que mi corazón lata más fuerte. Me armo de valor y lo miró directamente.
-Oliver, ¿quieres ir conmigo al rio? Sé que iremos en grupo, pero te puedo dejar dar una vuelta en mi auto -digo, nerviosa, y mi ropa empieza a picar.
-¿Tanto se me notaba que quería conducirlo? -responde Oliver, nervioso, aclarándose la garganta y evitando mi mirada.
-Un poco, desde que vi que sabías el modelo exacto... -digo mientras limpio las encimeras.
-Claro, supongo que soy algo predecible -me mira y noto que pestañea rápidamente.
-¿Eso es un sí o un no? -preguntó, examinando sus movimientos atentamente.
-Estaría encantado de que fuéramos juntos -dice, volviendo a su actitud relajada.
Lo miro y le sonrío, y sigo con las tareas pendientes mientras Oliver se apoya en una mesa y toma un cuaderno de recetas, haciendo anotaciones con un marcador rojo de su bolsillo. Al llegar la hora de salida, Oliver sigue concentrado en el cuaderno.
-¿Oliver? ¿Qué haces? Ya debemos irnos...
-Estoy haciendo algo importante -dice firmemente, concentrado.
Sus ojos siguen recorriendo las paginas sin prestarme atención.
-Oliver, es solo un libro de recetas; llevas anotando cosas desde hace una hora... Y tus dedos están manchados de tinta -exclamó con ironía, levantando una ceja.
Él observa sus manos y deja el cuaderno a un lado sin hablarme. Se dirige al baño, supongo que a lavarse las manos. Cuando regresa, su cabello está mojado hacia atrás y sus manos están impecables, pero su semblante es amargo.
Camina cerca de mí, recoge sus cosas y me habla en un tono mecánico:-Buenas noches, Delia.
Lo dice tan rápido que no tengo tiempo de reaccionar, y cuando me doy cuenta, ya está en su auto, arrancando de manera brusca. Camino hacia Rose y le pregunto si tal vez lo hice enojar.
-No, cariño, él actúa así casi a diario. No te preocupes, seguramente se le olvidará pronto.
Le agradezco a Rose y me voy caminando mientras pienso en la situación. Ya es la segunda vez que veo que Oliver no tiene solo la faceta de chico amable.
Camino suavemente, balanceándome de un lado a otro, y llego al hostal, pasando a mi cuarto en silencio.
Por alguna razón, no tengo sueño y dedico mi noche a escuchar música, mientras imagino a Oliver y de lo cuanto que amaría ver cuántos lunares tiene en su cuerpo.
Me quedé dormida en algún punto y me levanté tarde. Salgo y noto que Brenda ya se fue.
El apartamento se siente tan solitario, tengo que salir lo antes posible. Esa sensación abrumante de saber que estoy sola...me aterra.
Desayuno rápido y sigo el camino hacia el trabajo, antes de entrar a la cafetería, veo a Oliver tomando un café afuera, apoyado en la pared.
Me detiene.-Te falta un arete -comenta mientras me observa.
Toco mi oreja instintivamente y suspiro con desesperación pura al ver que es verdad.
-Disculpa por llegar tarde... Me quedé dormida.
-No importa, solo es una hora de retraso y en este momento no hay clientes.-dice casi ignorándome.
Le sonrío a Oliver, nerviosa, y entró a comenzar a trabajar. Durante el resto de la semana, la actitud de Oliver es agridulce hacia mí.
Cada tarde llega y hace lo mismo: revisa la contaduría del día, se toma un café o un postre y parece que hace tareas constantemente en su laptop. Según Rose, él no va a la universidad; asiste a hobbies, según mis observaciones, son mínimo tres de ellos: pintura, alfarería y escritura.
A esta última le dedica mucho más tiempo; el resto de conclusiones son porque a veces llega manchado de pintura o barro.
Supongo, que no todos pueden vivir esperando que las oportunidades lleguen mientras están acostados en su cama.
El cual no es mi caso, ya tengo casi tres años sabáticos, conseguí empleo de milagro.
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El Aroma de un Chico
Romance"Un destello de luz puede esconderse muy lejos, pero solo lo sabrás hasta tener la valentía de alcanzarlo." El sonido nostálgico de las campanas resonó en mi cabeza, un joven de cabello negro y ojos miel que entró sin avisar en mi vida, y yo, Delia...