‖9‖

15 8 3
                                    

El día del picnic con nuestros abuelos fue uno de esos momentos que se quedan grabados en la memoria. Recuerdo que Jin no paraba de sonreír, su alegría era contagiosa, parecía un niño pequeño disfrutando de cada instante. -Me hizo pensar en aquellos días en el preescolar, cuando nos gustaba una niña y, al final, nos armábamos de valor para darle una flor del jardín y un beso en la mejilla-. Así andaba Jin, lleno de nervios y emoción, hasta que mi abuelo lo hizo hablar.

Nosotros le dijimos que seguiríamos conquistándonos el uno al otro, como si fuéramos dos enamorados en una historia de cuentos. Aunque me gusta mucho, he tratado de dejar atrás todo lo malo. Él ha sido, como le dije, mi luna, mi luz y mi progreso. Su presencia ilumina mis días y me motiva a ser mejor. Mientras compartíamos risas y anécdotas bajo el sol brillante, sentí que ese picnic no solo era un encuentro familiar, sino también una celebración de los lazos que nos unen. La risa de Jin resonaba en mis oídos como un eco de la infancia perdida, recordándome que a veces es necesario volver a ser niño para disfrutar plenamente del presente.

Jin: Hola Hermosa, en que tanto piensas

Minji: Tonto, casi me quemo por tu culpa.

Jin: ¿Mi culpa? tu eres la que esta distraída cariño -Dijo con una sonrisa coqueta, que me distraía aun amor-

Minji: Aish, estamos en el trabajo deja de decirme así.

Jin: ¿Por qué lo haría? todos piensan que eres mi novia desde que abrimos la segunda sucursal, no afecta en nada que ahora se verdad.

 Minji: pero el pequeño detalla, es que aun no soy tu novia, CARIÑO -dije tratando de que entendiera mi indirecta, pero el se hecho a reír, como si le hubiera hecho una broma-

Jin: Jajaja, muy astuta, okey Choi Minji, ven vamos al despacho. -cogió mi mano, guiándome hasta el segundo piso donde estaba el área administrativa-

Mientras caminaba detrás de él hacia su despacho, no podía evitar reírme mentalmente por la escena anterior. La imagen de Jin intentando hacerme sonreír mientras yo trataba de mantener la compostura en el trabajo era, sin duda, divertida. Sin embargo, mi risa se desvaneció un poco cuando noté a la repostera y a su ayudante susurrando entre ellos, lanzándonos miradas curiosas. Era evidente que estaban intrigadas por nuestra interacción.

Al llegar a su oficina, Jin me hizo sentar en uno de los muebles cómodos, un pequeño oasis en medio de la rutina laboral. Mientras él cerraba la puerta, pude sentir cómo la atmósfera se tornaba más íntima. La puerta se cerró con un suave clic, y el murmullo del exterior quedó atrás.

Jin se acercó a su escritorio y comenzó a buscar algo entre papeles y carpetas. Mi curiosidad creció mientras lo observaba moverse con confianza. Después de unos momentos, regresó a mi lado con dos pequeñas cajas en sus manos.

Jin: Mira lo que encontré —dijo, sonriendo mientras abría una caja lentamente.

Dentro había un par de galletas decoradas con glaseado colorido. El aroma dulce llenó el aire y me hizo sonreír.

Jin: Las hice para ti —continuó, mientras me ofrecía una—. Quería alegrarte el día.

No pude evitar sentirme halagada por su gesto. Tomé una galleta y nuestras manos se rozaron nuevamente, provocando un pequeño escalofrío que recorrió mi cuerpo.

Minji: Gracias, lunita—dije con sinceridad—. Esto es realmente dulce.

Jin: No tan dulce como esto.   

Se arrodillo frente a mi, a lo que yo me asombre; y lo estaba haciendo parar, pero no lo logre.

Minji: Jin no hagas esto párate por favor 

Jin: No, primero escúchame. 

 Asentí nerviosamente, el tomo mis manos mientras el seguía de rodillas.

Jin: Choi Minji, no se que esta pasando por tu mente en este momento, puede que tengas razón como no, pero esto es lo que te quiero decir. Te quiero, con mi vida, en tan poco tiempo te has convertido en la mujer que quiero para toda mi vida, mi vida cambio desde el día que te vi en el aeropuerto, a pesar de que estabas llorando, eras la mujer mas hermosa del mundo, quiero que sepas, que... que... 

Minji: Jin, sino puede no sigas, tranquilo 

Jin: Quiero que seas mi novia; y en un futuro, seas mi mujer ¿Qué dices cariño? 

Saco, una cajita negra de su bolsillo trasero, yo estaba totalmente nerviosa, y cuando abrió pude ver un hermoso anillo, lo hice parar, le di un beso y abrazo, mientras ambos temblábamos.

Saco, una cajita negra de su bolsillo trasero, yo estaba totalmente nerviosa, y cuando abrió pude ver  un hermoso anillo, lo hice parar, le di un beso y abrazo, mientras ambos temblábamos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jin: Este anillo representa todo lo que siento por ti —dijo, su voz temblando ligeramente—. Cada vez que lo mires, quiero que recuerdes que siempre estaré aquí para ti, apoyándote y amándote.

Mis manos temblaban al sostener las suyas. La emoción me abrumaba, y no podía evitar que las lágrimas comenzaran a brotar de mis ojos.

Minji: Jin, yo... —intenté hablar, pero las palabras se me atascaban en la garganta.

Jin: Por favor, solo dime que sí. No necesito una respuesta perfecta, solo quiero saber que sientes lo mismo —insistió, su mirada sincera y vulnerable.

El momento se volvió eterno, y en ese instante, todo lo que había pasado entre nosotros cobró vida en mi mente: nuestras risas compartidas, las conversaciones profundas y las noches en las que simplemente disfrutábamos de la compañía del otro, pero sobre todo que desde que estaba conmigo, siempre a sido mi luz en medio de toda mi oscuridad.

Minji: Sí... ¡Sí! obvio que quiero ser tu novia,  quiero que sigas siendo mi luna —exclamé finalmente, sintiendo una oleada de felicidad recorrerme. 

Jin: Mientras tu seas mi tierra, a quien deba iluminar; y seré la galaxia completa si así lo necesitas.

La sonrisa que se dibujó en su rostro iluminó todo a nuestro alrededor. Jin se acerco a mi, con el anillo; y con manos temblorosas, me lo puso en mi dedo anular. Era perfecto; un símbolo de nuestro amor y de lo que está por venir.

Jin: Prometo hacerte feliz, el tiempo que tu me lo permitas, espero y sea hasta que seamos muy viejitos jajaja 

Me acerqué a él nuevamente y lo besé con pasión, sintiendo cómo nuestras almas se entrelazaban en ese instante mágico. La promesa de un futuro juntos brillaba no solo en el anillo, sino también en nuestros corazones.

Moon, mi segundo primer amor (JIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora