Moon, mi segundo primer amor (JIN)

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Han pasado exactamente tres meses desde que comencé a salir con Seokjin. Ha sido un hombre maravilloso en todos los sentidos, siempre atento y cariñoso. A veces pienso que el amor puede sorprenderte de las formas más inesperadas. ¿Será posible tener un segundo primer amor? Con Jin, definitivamente siento algo así. Él fue la luz que iluminó mi camino, sacándome de la oscuridad de la depresión. Es como si hubiera vuelto a sentir todo por primera vez, como en mi adolescencia con Seo Changbin, pero de una manera mucho más madura y real.

Había quedado en recoger a Jin en el aeropuerto por la tarde, a su regreso de Londres. Antes, me pasé por las cafeterías para supervisar el trabajo del equipo. A pesar de su gran desempeño, siempre es bueno estar al tanto de todo.

Minji: Bienvenido a la Cafetería Moon, ¿en que lo puedo ayudar?

X: Puedes ayudarme hablando conmigo

al subir mi mirada pude ver al hombre que tanto daño me hizo en el pasado, con sus promesas y juramento de amor falsos.

Minji: Sr., solo lo puedo ayudar con lo que observa en el menú, caso contrario retírese y tenga un excelente día.

Changbin: -Con una sonrisa irónica- ¿Así que ahora eres la encargada de echar a los clientes? Creí que eras más amable.

Minji: -Fríamente le dije- Las cosas cambian, Sr. Y más cuando se trata de alguien como usted, si me permite, me retiro, no tengo tiempo para juegos, Sr. Seo Changbin. Si ha venido a recordar viejos tiempos, le aseguro que no serán bienvenidos aquí.

Changbin: ¿Por qué no pueden dejar el pasado atrás? Todos merecemos una segunda oportunidad.

Minji:-Con un tono burlón- ¿Segunda oportunidad? Eso se dan las personas que dicen quererse, pero ¿Quién realmente quiere a quien? por que lo que soy yo, yo Amo a mi novio; y ese no eres TU!

Changbin: Pero yo a un te amo, no importa el tiempo que pase, te quiero y te quiero a mi lado. 

Minji: -Con voz firme- No se trata de querer, se trata de aprender. Y yo aprendí que las promesas vacías solo traen dolor.

Somi: -Intervino a nuestra conversación con voz dura- Tal vez deberías escuchar a Minji, Changbin. A veces, el arrepentimiento es más fuerte que el orgullo, ademas que tu estas casado ¡Querido!

Changbin: -Miro a su esposa con desdén- ¿Y tú quién eres para darme lecciones? No sabes nada de nuestra historia, estaremos casados, pero sabes que yo no te amo Somi.

Minji: -Interrumpí ya que se me hacia tarde para ir al aeropuerto - La historia no importa, si no hay sinceridad. Si solo han venido a causar problemas, es mejor que se vayan de mi cafetería, ademas de que yo ya me retiro.

Al salir de la cafetería, sentí una mezcla de alivio y determinación. Hoy, finalmente he cerrado un capítulo que me había perseguido durante demasiado tiempo. Me sentía poderosa, como si por fin pudiera dejar mi pasado atrás. Ahora, creo que podré ser completamente feliz con Seokjin.

Iba muy feliz camino al aeropuerto. Ya en el punto de encuentro, por fin pude divisar a Jin, quien venía con una maletota y un ramo grande de flores. Corrí hacia él, y al notar que no se había dado cuenta de mi presencia, me di la vuelta para abrazarlo por la espalda.

Minji: Creo que a un caballero se le perdió su novia...

Dije mientras lo abrazaba por la espalda. La reacción de él a mi abrazo fue tratar de soltarse con desesperación, como si no estuviera haciendo algo bueno.

Jin: Señorita, suéltame, mi esposa está por llegar. No quiero que piense cosas que no son.

Minji: ¿Esposa? ¿Desde cuándo tienes una esposa?

Pregunté, soltándolo lentamente, aunque no podía evitar sonreír al sentir su voz de pánico. La verdad es que me divertía un poco con su reacción.

Jin: Desde hace más tiempo del que te imaginas, -respondió, tratando de recuperar la compostura mientras se giraba para enfrentarme- Y si no me suelta, ella podría pensar que soy un infiel.

no aguante mas la risa, ya cuando lo tuve frente a mi, el puso cara de sorpresa al ver que era yo, y me dijo: 

Jin: Amor, ¿Por qué me haces esas bromas?, pensé que era otra persona, no quería problemas contigo

yo seguía riéndome, tanto que comencé a secar las lagrimas de mi rostro.

Jin: Ya, ya cariño, deja de reírte.

Minji: Perdón amor, jamás pensé que reaccionarias así, pero te digo algo.

Jin: ¿Qué? si es otra broma mejor no digas nada

 Minji: Me enorgullece saber que soy tu esposa, y que me defiendes tan bien.

Jin: Aish, tontita, se que eres mi novia, pero en un futuro será mi mujer, lo se; ademas siempre te daré tu lugar.

Mientras caminábamos afuera del aeropuerto, el aire fresco me llenó de energía. Jin, aún con el ramo de flores en la mano, me miraba con una mezcla de alivio y diversión. La risa que habíamos compartido seguía resonando entre nosotros, creando una atmósfera ligera y alegre.

Minji: ¿Sabes? Creo que deberías practicar un poco más tus reacciones. No quiero que te dé un infarto la próxima vez que te abrace por sorpresa.

Jin: ¡Claro! Tal vez debería ponerme mas en forma para estar preparado para tus ataques sorpresa

Respondió con una sonrisa traviesa, mientras me guiñaba un ojo. Caminamos juntos hacia el estacionamiento, y no pude evitar admirar cómo la luz del sol iluminaba su rostro. La emoción de verlo después de tanto tiempo me llenaba de felicidad.

Minji: ¿Y qué tal tu viaje? ¿Todo bien?

Jin: Sí, todo perfecto. Pero no puedo esperar a contarte sobre las locuras que pasaron en la conferencia. Aunque, sinceramente, lo mejor fue saber que volvería a verte.

Me sonrojé ante sus palabras y le di un ligero golpe en el brazo.

Minji: ¡Eres un romántico! Pero dime, ¿Qué locuras? Me muero de curiosidad.

Jin: Oh, solo algunas anécdotas divertidas sobre mis compañeros. Uno casi se pierde en el aeropuerto porque confundió su vuelo, -dijo mientras se reía- Pero eso no es nada comparado con lo que me pasó en la cena de gala.

Minji: ¿Qué pasó?¿Ahora que hiciste amor?

Mientras llegábamos al carro, Jin abrió la puerta para mí con un gesto caballeroso. Me subí y él rápidamente se acomodó al volante.

Jin: Estaba sentado al lado de un viejo amigo que no veía desde hace años. Empezamos a recordar viejas historias y, de repente, nos dimos cuenta de que habíamos estado hablando tan alto que todos los demás nos estaban mirando.

Minji: ¡No puede ser! ¿Y qué hiciste?

Jin: Intenté hacer una broma para romper el hielo, pero terminó siendo tan mala que todos se rieron... ¡de mí!

Ambos estallamos en risas mientras Jin encendía el motor del carro.

Minji: Eso suena como algo que haría yo. Pero al menos tienes buenas historias para contar.

Jin: Sí, pero ninguna es tan buena como la historia de cómo me asustaste hoy, esa será una de mis mejores historias, para nuestros hijos.