El plan

17 2 16
                                    

(Recordatorio autora: Yuki y Kyo son los mellizos de Matt y Sora, Yudai es el hijo pequeño de Izzy y Mimi, Nara es la hermana pequeña de Akiro, y Himari la hermana pequeña de Haru. Está todo en presentaciones. Y sí, los peques tienen un pequeño pero importante papel.)

—¡Joder! —Gritó Tai, dando un puñetazo al centro de la mesa. Se llevó las manos a la cara e intentó pensar, derrumbándose sobre la silla que coronaba la enorme mesa de comedor—. ¿Qué sabemos de ese portal, Izzy? —Preguntó.

—Nada, Tai. Nada —respondió Izzy, tecleando en su portátil, sin apartar la mirada de la pantalla—. No hubo ninguna distorsión hasta tres segundos antes de abrirse la puerta. Aunque las criaturas malignas, o como queráis llamar a esas cosas, ya estaban en nuestro mundo desde antes. Ni siquiera hubo una señal cuando se inició aquella llamativa tormenta. Nada de todo eso dio una sola pista de dónde ni cuándo se abriría la puerta. No sé cómo lo supieron.

—¿Y qué hacían vuestros hijos por allí? —Preguntó Tai de nuevo, confuso, intentando unir los puntos de la telaraña que estaba invadiendo su cabeza.

—Comprar y vender droga —bufó Yolei—. Tai, estaban en una fiesta. Son adolescentes. —Hizo ademán de seguir, pero se tragó el resto de sus palabras tras la patada disimulada debajo de la mesa que le propició Ken.

Todos se encontraban en aquella improvisada reunión, sin excepción, incluido el monje que descansaba, observando la estancia, apoyado sobre uno de los muros de piedra, sin decir nada. Tai siguió farfullando quejas sin sentido mientras caminaba alrededor de la mesa, intentando controlar los nervios que se estaban apoderando de él. Su notable descontento y enfado no hacía sino aumentar la tensión y los nervios en todos.

—Vale, siéntate —le ordenó Matt—, porque me estás poniendo de los putos nervios. —Suspiró, y tiró de la camisa de su amigo, obligándole de nuevo a sentarse a su lado—. Decís que no iban solos, que había una chica. ¿Quién es ella?

—Una chica del instituto. No sabemos mucho más —aseguró Ken y miró a TK de reojo—. Debe de ser cercana a Akiro —dudó—, por lo que he oído quejarse a Rin algún día.

En ese momento, TK bajó la mirada y sintió una vergüenza terrible al tener que reconocer que, en las últimas semanas, apenas había cruzado dos palabras con su hijo mayor y que la distancia entre ambos se había hecho estratosférica.

—No importa —interrumpió Kari—. Sea quien sea, o quien creyéramos que era, ni siquiera es cierto. —Cogió aire y estrechó la mano de su marido con fuerza para mostrarle apoyo—. Akiro lleva semanas no siendo él mismo —siguió y buscó con la mirada la cara de Gennai—, pero no nos ha querido contar por qué. —Gennai también la miró al escuchar aquellas palabras.

Las preguntas al aire siguieron y las múltiples teorías a cada cual más disparatada se adueñaron de la conversación, consiguiendo que perdieran el hilo una y otra vez y aquello no hiciera sino enredar más la madeja. Izzy interrumpió la retahíla de preguntas sin respuesta y puso su ordenador en la posición más centrada de la mesa, le dio a la tecla intro, y proyectó en la pantalla el video donde Akiro, en la playa, durante el primer ataque, portaba el arma de Angemon y lo usaba en su defensa.

—Creo que vuestro hijo es más poderoso de lo que creemos —susurró de forma calmada mientras medía todas y cada una de las palabras que iba a decir.

—¿Qué quieres decir? —Preguntó Kari.

—Es solo una teoría —aclaró—. Creo, además, que no es solo él —siguió, intentando medir cada palabra que iba a decir en voz alta durante aquella conversación. Le dio a otra tecla del ordenador, y se vio una vieja grabación. En ella se podía ver como en el mundo digital, en un bosque frondoso de cedros, una Rin de siete años saltaba jugando de árbol en árbol—. He estado revisando las viejas grabaciones que tengo del mundo digital, de las cámaras de seguridad. Hay más videos, de Haru también, son todos por el estilo. —Señaló a la pantalla—. Estos árboles están separados unos cuatro metros de distancia, igual no se aprecia en el video. Es imposible que una niña de su edad los salte de ese modo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PODER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora