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El proceso de duelo, envuelta en tu soledad y lejos de Zayne, casi te hizo olvidar cuánto lo necesitaba tu cuerpo. Casi. Como si pudiera sentir tu necesidad ardiente, una de sus manos recorre tu abdomen y se posa sobre tu muslo. Las yemas de sus dedos comienzan a trazar suavemente hacia tu coño empapado, la mano de Zayne todavía moldea la curva de tu pecho. "Continúa y abre tus piernas para mí, amor. Déjame hacerte sentir mejor..."
Respiras con dificultad y obedeces su gentil orden, separas las piernas y le expones tu necesitado agujero. El aliento caliente de Zayne se extiende sobre tus labios mientras una pequeña sonrisa se dibuja en los suyos: "Oh, entonces puedes seguir instrucciones...". Hubieras puesto los ojos en blanco como lo harías normalmente ante un comentario juguetón como ese de él, pero esto no era en circunstancias normales. Estabas demasiado necesitada de él en ese momento y era evidente en el suave gemido que sale de ti.
Los dedos de Zayne se acercan lentamente hacia donde tú anhelas su toque y tus caderas se elevan instintivamente. Tus ojos casi se ponen en blanco en el momento en que su pulgar roza tu clítoris y comienza a moverse en círculos lentos, arrancando un gemido de tus labios.
Tu exclamación de placer es ahogada por él mientras sus labios se sellan alrededor de los tuyos, el pulgar de Zayne ahora se mueve con mucho más vigor. Ambos están atrapados en una danza de sensualidad, saboreando el aliento y los sonidos del otro mientras él extrae implacablemente cada gota de tu deseo.
—Siempre eres tan hermosa... —exhala Zayne, con el pulgar húmedo por tu excitación. Haces todo lo posible por mantener la mirada fija en él, pero todo parece tan confuso, en el mejor de los sentidos. Todo por él, siempre por él. Antes de que puedas rogarle por más, te muerde suavemente el labio inferior y su voz sale ronca—. Por favor, dime que puedo tomarte aquí mismo, ahora mismo...
Se inclina hacia atrás lo suficiente para que sus labios sigan rozando los tuyos mientras sus ojos color avellana buscan los tuyos para asegurarse de que todavía estás bien. Él haría cualquier cosa por ti. Incluso dejaría todo si se lo pidieras a pesar de que su pene endurecido palpita de necesidad por ti y solo por ti.
Lo único que puedes hacer es asentir levemente con la cabeza y eso es todo lo que necesita para que él comience a bajarse la ropa deportiva. Pero luego se detiene y deja escapar un suspiro ronco que le hace ganar una mirada confusa y aturdida de tu parte. Al ver la mirada en tus ojos, un leve atisbo de sonrisa se dibuja en sus labios, es reconfortante: "Esto no se trata de mí en este momento, mi amor. Se trata de hacerte sentir mejor y yo estaba a punto de ser egoísta".
Hiciste una pausa por un momento y dejaste escapar una carcajada: "Puedes ser sel-" Tus palabras son interrumpidas por su rápido reajuste de posición y su boca de repente alrededor de tu clítoris.
Inhalas profundamente, inclinas la cabeza hacia la almohada de felpa mientras tus lindos labios se abren de placer. La lengua de Zayne se mueve rápidamente mientras comienza a lamer tu clítoris con delicadeza y la presión justa para dejarte gimiendo por más fricción.
