La lluvia golpeaba con fuerza contra las ventanas del departamento, creando una melodía suave pero constante que llenaba el espacio vacío. Jungkook subió el último escalón del edificio, con el cabello y los hombros empapados por la tormenta que no parecía querer ceder. Se detuvo frente a la puerta de Taehyung, sintiendo cómo su corazón latía con más fuerza, y con un suspiro entre los labios, sacó la llave que Taehyung le había dado tiempo atrás. El frío de la noche le recorría la piel, y anhelaba la calidez que lo esperaba dentro.
Con un suave clic, la puerta se abrió, y Jungkook entró lentamente, cerrando el mundo exterior detrás de él. El calor del departamento lo envolvió al instante, y el familiar aroma de Taehyung, una mezcla de madera y un toque a jazmín, lo hizo sonreír, sintiéndose en casa. Dejó su mochila en el suelo junto a la entrada y, mientras se quitaba el abrigo mojado.
Jungkook colgó su abrigo en el perchero, sacudiendo el exceso de gotas de la lluvia de su cabello antes de acercarse al amplio ventanal de la sala. La ciudad se extendía a sus pies, iluminada y borrosa por la lluvia que seguía cayendo en interminables líneas que parecían bailar. Colocó una mano en el frío cristal y se perdió un momento en las luces titilantes.
Caminó lentamente hacia la cocina, pasando una mano por los muebles cuidadosamente ordenados, todos impregnados del toque personal de Taehyung. Sabía que él aún no había llegado, pero el detalle de siempre tenerlo en mente estaba presente. Abrió la nevera, y una sonrisa suave y tierna se dibujó en sus labios al ver su comida favorita, perfectamente guardada.
—Claro que pensaste en mí —susurró con dulzura.
Tomó la caja y cerró la puerta de la nevera, sintiendo una oleada de ternura por Taehyung. No era solo la comida, sino el hecho de que, incluso cuando no estaban juntos, él se aseguraba de cuidar cada detalle. Era algo tan pequeño, pero para Jungkook significaba el mundo.
Dejó la comida en la mesa y fue hacia la sala, encendiendo la lámpara junto al sofá, llenando la habitación con una luz cálida y suave. Jungkook se sentó en el sofá, dejándose caer en el abrazo cómodo del cuero. Cerró los ojos un momento y dejó que la lluvia le arrullara, escuchando su ritmo constante mientras pensaba en Taehyung.
«¿Dónde estarás ahora?»
Pensó, deseando que él ya estuviera allí, a su lado, compartiendo esa calma tan única que solo se sentía con él.
Al abrir los ojos, ubicando su mirada en aquella cajita en la mesa, notó una pequeña nota junto a la comida que había encontrado. Se levantó lentamente del sofá y la tomó entre sus manos y, al reconocer la elegante caligrafía de Taehyung, no pudo evitar que su corazón diera un vuelco.
"Lo siento por llegar tarde. Sé que tuviste un día difícil, así que quería que encontraras algo que te haga sonreír. Nos vemos pronto.
-Tae."
Jungkook sonrió, dejando que sus dedos acariciaran el papel suavemente, como si pudiera sentir a Taehyung a través de él.
—Siempre tan considerado —susurró para sí mismo, sus ojos brillando con una mezcla de ternura y amor.
Jungkook se dirigió hacia la puerta del balcón, donde la lluvia seguía cayendo sin descanso. Las gotas golpeaban el cristal en un ritmo que parecía acompañar los latidos de su corazón. En ese momento, se dio cuenta de cuánto anhelaba la presencia de Taehyung, no solo para compartir la noche, sino para sentirse completo en su compañía.
—No importa cuánto tiempo pase... siempre es igual —murmuró Jungkook, apoyando su frente contra el cristal frío, cerrando los ojos y dejándose llevar por la lluvia junto a las luces cálidas de los edificios que pintaba en su paisaje urbano, por la tranquilidad de saber que, aunque Taehyung no estuviera aún con él, pronto llegaría.
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Dulce Insomnio » Taekook
FanfictionUna danza entre la quietud de la noche y los susurros del corazón, una historia de amores imposibles que florecen en los rincones más oscuros de la vida. Kim Taehyung, un hombre cuya vida está forjada en la ambición y las apariencias, carga con el p...