12: Cómo lo conocí (1° parte).

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La campanilla de la puerta resonó suavemente cuando Jungkook y Mingyu entraron en la cafetería. El aroma del café recién molido y la repostería recién horneada los envolvió al instante. A pesar del ambiente acogedor, Jungkook notaba la inquietud en los ojos de su amigo. Sabía que lo tenía en la mira, con preguntas acumuladas desde el momento en que le mencionó a Taehyung.

—Bueno, ya estamos aquí. ¿Ahora me dirás qué ha pasado entre ustedes? —preguntó Mingyu sin rodeos mientras se acercaban a una de las mesas junto a la ventana. La luz del sol de media tarde iluminaba el lugar con un cálido resplandor, pero la intensidad en la voz de Mingyu era más difícil de ignorar.

Jungkook soltó una leve risa, sin sorprenderse del apresuramiento de su amigo. Sabía que no se detendría hasta obtener respuestas.

—Mingyu, aún no hemos pedido  ¿Podrías esperar al menos hasta eso? —dijo Jungkook mientras dejaba su abrigo en la silla.

—¿Esperar? ¿Después de todo lo que me insinuaste? —Mingyu se cruzó de brazos, arqueando una ceja con exagerada incredulidad—. Me tienes aquí preguntándome si este Taehyung es un millonario arrogante o el tipo que aparece en las revistas. ¿Es de verdad tan... perfecto como suena?

Jungkook rodó los ojos mientras se acomodaba en la silla, dejando en un lado la pequeña cajita y el ramo de flores que hace poco le mandó su pareja. No podía culparlo, él también se había hecho esas mismas preguntas cuando conoció a Taehyung.

—No es perfecto —respondió Jungkook con una sonrisa leve—, pero supongo que hay algo en él... algo diferente.

—¡¿Diferente?! —Mingyu casi saltó en su silla—. Kook, suéltalo de una vez. ¿Cómo te miró la primera vez? ¿Te deslumbró con sus millones o con algo más? Vamos, necesito los detalles.

Jungkook tomó la carta del menú, pero sabía que no tendría escapatoria. Suspiró, dejando la carta a un lado mientras Mingyu lo miraba expectante.

—Está bien —dijo al fin, relajándose en su silla—. Te lo contaré cómo nos conocimos.

El rostro de Mingyu se iluminó como el de un niño ansioso por escuchar su cuento favorito.

—Fue en una noche bastante común —comenzó Jungkook, mirando hacia el ventanal como si las imágenes se formaran en el aire frente a él—. Jamás pensé que terminaría siendo algo más.

 Jamás pensé que terminaría siendo algo más

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9 meses atrás...

Las luces tenues de la galería resaltaban las pinturas colgadas en las paredes, cada una capturando un instante suspendido en el tiempo. Taehyung avanzaba despacio, sus pasos resonando suavemente en el suelo de mármol, pero su mente se encontraba a kilómetros de distancia, divagando en pensamientos que nada tenían que ver con el arte que lo rodeaba.

Ruby caminaba a su lado, siempre eficiente y observadora, hablando en voz baja sobre las obras expuestas. Aunque su tono era ligero, Taehyung podía notar cómo ella intentaba distraerlo de la carga que siempre parecía acompañarlo.

Dulce Insomnio » TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora