1O: Las cenizas de un corazón roto.

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Era de noche y la quietud se había apoderado del entorno. El suave murmullo del viento acariciaba la ventana de la habitación de Chaerin, mientras la luna, oculta tras un velo de nubes, apenas iluminaba el exterior. El ambiente era frío, pero dentro de la habitación, todo estaba en calma. Chaerin dormía profundamente, envuelta en suaves sábanas de seda, pero su descanso pronto se vio perturbado por las palabras de Loren, que resonaban en su subconsciente.

«Es posible que Taehyung esté interesado en otra persona.»

Aquellas palabras se colaron en su mente como un eco persistente, arrastrándola a un sueño del que no podía escapar.

En su sueño, ella se encontraba en un pasillo majestuoso, bañado por una cálida luz dorada. A ambos lados, una profusión de flores blancas y rosadas adornaba el lugar, como si se tratase de un escenario sacado de una fantasía. Las flores eran tan delicadas que parecían flotar en el aire, llenando todo el espacio con su dulce fragancia. El suelo bajo sus pies estaba cubierto por un sendero de pétalos suaves, guiándola hacia una figura a lo lejos.

Taehyung.

Él estaba de pie al final del pasillo, vestido impecablemente con un traje negro que realzaba su elegante figura. Su porte era imponente, pero a la vez sereno, y su rostro, iluminado por una sonrisa suave, irradiaba una cálida expectativa. Chaerin, sintiendo un nudo en el estómago, creyó que aquella sonrisa estaba dirigida a ella. Cada paso que daba la acercaba más a él, al hombre que había sido suyo por tanto tiempo.

Sin embargo, justo cuando Chaerin iba a alcanzarlo, la sonrisa de Taehyung cambió. Sus ojos dejaron de mirarla a ella, y en su lugar, se enfocaron en otra figura que apareció en el horizonte. Un hombre joven, de complexión atlética y cabello oscuro, se acercaba. Su piel clara y su rostro suavemente delineado revelaban una belleza que resultaba imposible ignorar. Taehyung, sin vacilar, extendió sus brazos hacia él, y en un gesto que rompió el corazón de Chaerin, lo abrazó con ternura. Los labios de Taehyung encontraron los de aquel hombre, fundiéndose en un beso que le hizo a ella sentir que el suelo bajo sus pies se desmoronaba.

El mundo de Chaerin se hizo añicos. La sensación de traición, de haber sido reemplazada sin que ella siquiera lo hubiese sospechado, la golpeó como una ola implacable. La respiración se le entrecortó, y la desesperación la envolvió, mientras veía aquella escena imposible de asimilar.

De repente, todo desapareció.

Chaerin se despertó bruscamente, sentada en su cama con el corazón latiéndole con fuerza desbocada en el pecho. El reloj marcaba las 2:00 a.m., y la oscuridad de su habitación parecía opresiva. Desesperada, intentó recuperar el aliento, como si cada bocanada de aire fuera insuficiente para calmar la angustia que sentía.

Se levantó de la cama y caminó hacia la terraza, donde la vista de la luna parcialmente oculta por las nubes nubladas no ofrecía consuelo. El viento frío le acarició el rostro, pero no logró disipar el dolor que había dejado aquel sueño. La escena seguía fresca en su mente, como si acabara de ocurrir, y las dudas que antes había querido ignorar ahora se habían convertido en una tormenta incontrolable en su interior.

Miró hacia el cielo, sintiendo que algo se había roto irreparablemente. El eco de la traición seguía resonando en su mente, y aunque trataba de convencerse de que solo había sido un mal sueño, algo en su corazón le decía que quizás no estaba tan lejos de la realidad.

 El eco de la traición seguía resonando en su mente, y aunque trataba de convencerse de que solo había sido un mal sueño, algo en su corazón le decía que quizás no estaba tan lejos de la realidad

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Dulce Insomnio » TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora