Al día siguiente, Uraraka fue trasladada a una habitación más tranquila, la 302, dentro de la zona de cuidados generales. Había respondido bien a varios estímulos neurológicos básicos, como el apretón de manos y el seguimiento ocular, lo que señalaba una mejora en su estado, por lo que salió del coma. Sin embargo, no estaba lista para ser dada de alta, ya que había perdido una gran cantidad de sangre durante la operación y su cuerpo necesitaba reponerla poco a poco. Los médicos estimaron que debería permanecer en observación por unos días más para asegurar que su recuperación siguiera sin complicaciones.
Mientras pasaban los días, sus padres no se separaron de ella, al igual que Katsuki, quien permanecía a su lado, con una presencia constante pero un aire decaído que no encajaba del todo con su personalidad habitual. Aunque intentaba mantenerse firme, su mal genio y energía agresiva parecían apagarse un poco, lo que no pasó desapercibido para sus padres y también para Aizawa.
Mitsuki había estado observando a su hijo desde la distancia durante esos días. Su decaimiento era palpable, y aunque ella sabía que Katsuki nunca admitiría cómo se sentía, su madre lo conocía bien. No se abriría con ella pero si con su padre.
- Masaru, cariño... estoy preocupada por nuestro hijo - Mitsuki lo veia desde la ventana de ma nueva habitación en donde descansaba la castaña - No lo veo bien. Ya sabes cómo es, no va a abrirse conmigo, pero tú... tú podrías intentarlo.
Masaru asintió, sin decir mucho, pero comprendiendo que si alguien podía hablar con Katsuki, era él. Aunque su hijo respetaba a su madre, su relación con ella siempre había estado teñida por su personalidad explosiva. En cambio, con Masaru, las cosas solían ser más calmadas, o al menos, lo intentaban ser.
Caminando por los pasillos del hospital, Masaru se detuvo frente a la puerta de la habitación donde Ochako descansaba, respirando hondo antes de entrar. Al abrir la puerta, vio a su hijo, inmóvil, sosteniendo la mano de Ochako y la miraba descansar.
- Hijo... ¿puedes salir un momento?
Katsuki levantó la vista sin decir nada, Sus labios se tensaron antes de finalmente asentir, resignado. Se levantó de la cama con lentitud, pero antes de salir, se permitió mirarla una última vez, como si cada vez que la viera pudiera ser la última. Con pasos pesados, cruzó la puerta donde su padre lo esperaba.
Ya en el pasillo, la luz tenue del atardecer se colaba por las ventanas, alargando las sombras en el suelo.
Katsuki no decía nada, solo miraba a su padre pero no eran las típicas miradas qué él daba sino que está vez su mirada parecía de culpa.
- Tu madre está preocupada por ti, hijo - rompió el hielo - Yo también lo estoy... sé que este tipo de cosas no son fáciles para ti, pero necesitas hablar.
El chico soltó un bufido, claramente incómodo con la conversación.
- ¿Hablar de qué? ¿De lo jodido que está todo? ¿De cómo todo esto es mi maldita culpa? No sé de qué esperas que hable, viejo - respondió desviando la mirada para no tener que ver a su progenitor.
Masaru lo miró, reconociendo la dureza en sus palabras, pero sin dejarse intimidar.
- Sé que te sientes culpable, Katsuki. Lo veo en tus ojos. Pero lo que pasó no está bajo tu control. El amor... siempre es complicado. A veces te hace fuerte, otras veces te rompe. Pero no puedes cargar con todo tú solo.
Katsuki se apoyó contra la pared, pasando una mano por su cara, claramente frustrado.
- No es tan fácil. Si yo hubiera estado más atento, si la hubiera cuidado mejor... ¡ella no estaría así, maldita sea! No puedo seguir como si nada, ¡porque nada está bien!
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Mi último aliento ~Kacchako~
DiversosBakugou y Uraraka están saliendo en 1mer año de la UA del curso de héroes, la relación que llevan dejó sorprendidos a algunos y para otros fue conmovedor. Eijiro Kirishima fue el causante que estos dos terminaran juntos ya que este es mejor amigo de...
