Mi último aliento ~Kacchako~

~Verte me resucita~

Advertencia
• Este cap. contiene momentos apasionados entre los personajes. Se recomienda discreción. •

Bakugou terminó su relato, su voz áspera apagándose en el denso silencio que llenaba la habitación. Cuando levantó la mirada, sus ojos chocaron con los de Ochako, quien parecía congelada en el tiempo, paralizada por una mezcla de emociones que amenazaban con desbordarse.

Y entonces, como si una presa se rompiera, Ochako comenzó a llorar. Lágrimas silenciosas al principio, pero rápidamente se convirtieron en sollozos incontrolables que sacudían todo su ser.

Bakugou la miró con un nudo en la garganta, sintiendo cómo su pecho se comprimía. Dio un paso hacia ella, intentando alcanzarla, pero Ochako levantó las manos y lo apartó.

- ¡Eres un idiota! ¡Un reverendo idiota! - susurró entre lágrimas.

Él se quedó quieto.

Y en ese instante, Bakugou entendió algo: el dolor no era solo suyo. Había dejado cicatrices en Ochako que no se curarían tan fácilmente, pero si algo estaba claro, era que ella no había dejado de luchar. Y ahora, él tampoco lo haría.

‐ ¿Como pudiste hacerlo? ¿Como pudiste fingir tu muerte y desaparecer así de mi vida?

La voz de Ochako se quebró ligeramente, el peso de lo que había pasado era evidente en su tono.

- No quería... no quería que sufrieras por mí.

- ¿No querías que sufriera? - su tono se volvió más agudo, incrédula - Lloré todas las noches por ti, Bakugou! ¡Gritaba en sueños! Mis amigas me despertaban porque no podía parar de gritar tu nombre. No sabes lo que fue perderte así.

Bakugou apretó los puños, su expresión pasó de la tristeza a la frustración mientras daba un paso hacia ella.

- ¿Crees que fue fácil para mí, eh? ¿Crees que fue por gusto? No quería que nadie me tuviera lástima. ¡Ni siquiera tú! No quería que cargaras con ese peso, porque sería un maldito calvario para mi.

Ochako lo miró fijamente, sus ojos brillando con lágrimas que amenazaban con caer, pero su furia no cedía.

- ¿Un calvario para ti dices? ¿Eh? - sonrió amargamente - Y qué fue para mí entonces? Cada noche me veía atrapada en pesadillas. Pensaba que te veía, que volvías.... pero todo era una mentira.

- No te ibas a quedar ahí sufriendo. No por mi. - Bakugou suspiró profundamente, bajando la cabeza por un instante antes de hablar.- No pude moverme durante cinco meses, Ochako. Mis piernas no respondían. ¿Qué clase de héroe no puede siquiera ponerse de pie? - se interrumpe, su tono lleno de frustración - No tenía elección. No podía volver como el tipo que admirabas. No quería que me vieras así. No quería que sufrieras por mí. Sabia que si te lo contaba, no me dejarías ir... y habrías abandonado todo por mi culpa.

Ochako lo miró con una mezcla de sorpresa y rabia.

- No podía permitir que renunciaras a tu sueño. El de ser heroína. No iba a ser el tipo que te arrebatara tu sueño.

Ochako dio un paso adelante, sus lágrimas cayendo ahora con más fuerza.

- ¿Y a cambio me arrebataste todo? Con tu muerte me quitaste hasta mi último aliento.

Bakugou se quedó en silencio, sus ojos nublados por el remordimiento. Antes de que pudiera responder, la castaña continuó, su voz temblorosa pero firme.

‐ Tuve pesadillas con tu muerte. Cada vez que cerraba los ojos, te veía. Desaparecías frente a mí una y otra vez. Me sentía atrapada en un bucle sin fin. Hasta que una noche... pensé que estabas en mi balcón.