Nada le convencía, ni el gran lazo rojo en el cabello ni los polvos en las mejillas ni el tinte carmín de sus labios. Llevaba cuatro horas parada frente al espejo, eligiendo con cuidado su maquillaje para la cita con Mariano, pero necesitaba algo que la hiciera lucir más hermosa.
Su prima Isabela se detuvo cerca de ella, con un movimiento de manos hizo aparecer unas rosas en el cabello de Dolores. Ambas sonrieron, satisfechas por el resultado.
– ¿Estás nerviosa? Vas a tener tu primera cita con Mariano.
– Lo sé, lo sé, siempre había soñado con esto. Jamás lo creí posible.
Se levantó del asiento, dió unas vueltas para inspeccionar su vestido. Escucharon unos golpes en la puerta de la habitación, al abrirla se encontraron con la esbelta figura de Mariano Guzmán. Dolores no se sorprendió, sabía que era Camilo gastando una broma.
– Vamos, mi querida, estoy ansioso. Si sale bien está cita vamos a casarnos pasado mañana, ¿Te parece?
– Camilo, haz silencio.
– ¿Camilo?, No, yo no soy Camilo, por supuesto soy Mariano. Aunque me gustaría ser Camilo, él es guapo, muy buen chico. Tiene a todas las chicas del Encanto muertas por él. Ah, claro, pero yo solo te quiero a ti, Dolores.
Lo que no esperaron, fue escuchar de pronto la voz del auténtico Mariano.
– Muy buena imitación, deberías ser actor como tu tío Bruno. – dijo aquel, con una gran sonrisa en la cara.
Camilo miró sorprendido al recién llegado, y regresó a su apariencia normal. Isabela se retiró junto con Camilo, dejando a solas a Dolores con el gallardo Guzmán.
Él la tomó de la mano, susurró "Estás hermosa", sabiendo que ella lo escucharía. La joven se sonrojó, y se enganchó de su brazo, lista para comenzar la cita de sus sueños.
Juntos, dejaron atrás la casa Madrigal. El cielo se teñía de un bello color naranja, y las montañas del Encanto se alzaban a lo lejos, marcando la frontera entre el paraíso y el mundo cruel. Llegaron a la plaza, allí Mariano se detuvo un momento a comprar pastelillos. Mientras esperaban, Dolores escuchó los comentarios de la gente que desde lejos los miraban. Voces que sólo ella podía escuchar debido a su don.
"Se juntó con ella sólo porque Isabela no lo quiso", "No es la novia perfecta". Esas palabras resonaron en su cabeza, y disiparon la felicidad que había tenido hasta el momento. Miró a Mariano, con aquella gran sonrisa, esperando que terminar la fila para comprar su pastelillo. Se preguntó si había estado bien hacerse su novia.
Mariano ya había conocido antes a la perfecta Isabela, había conocido un mejor tipo de chica, y quizás muy en el fondo, establecía sus comparaciones entre la novia que tenía y la que pudo haber tenido. Esa era una altura imposible de alcanzar.
Mariano, notando su inquietud, la tomó de la mano.
– Si quieres podemos ir a otra parte, ya esta fila se ha tardado mucho en avanzar.
Dolores asintió con la cabeza, y se fueron de allí.
Continuaron caminando. Dejaron atrás el pueblo y se acercaron a cierto rincón apartado en la montaña. El ambiente se llenaba con el trinar de los gorriones, y se notaba el cada vez más rojizo atardecer. Vió un enorme piano, rodeado de velas.
– Hice esta sorpresa para ti, mi Dolores. – dijo Mariano, con aire elegante se sentó en la silla que acompañaba el instrumento.
Sus dedos comenzaron a desplazarse sobre las teclas, haciendo sonar con delicadeza el sonido del Do central y el Sol agudo. Dolores reconoció la melodía suave de una canción de amor. La combinación amable de los sonidos y los silencios entraba por sus oídos, haciendo su corazón latir al ritmo de la música.
Se acercó a Mariano, mientras acariciaba su hombro, se atrevió a acompañarlo con su propia voz. Cantó la letra que hablaba de cariño eterno, de promesas irrompibles y sueños compartidos. Ambos iban en sintonía.
Mientras más se oscurecía el cielo, más brillaban las velas, y más celestial parecía aquel momento entre ambos.
Cuando Mariano tocó el último compaz, miró a Dolores satisfecho.
– Sabía que te gustaría. Esta canción refleja todo lo que siento por ti.
La joven escuchó con detenimiento cada una de las palabras que componían esa frase. Se ruborizó, y terminó por decidir que todos sus pensamientos de hace unos momentos habían sido una tontería. Ella era tan feliz al lado de aquel de quien siempre estuvo enamorada, no podía ser algo malo.
– Te escucharía tocar por toda la eternidad. – respondió Dolores, mientras colocaba las manos sobre su pecho. – Ojalá fuera a ti a la única persona a quien que pudiera escuchar en el mundo.
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Amores singulares - FluffTober 2024
Fiksi PenggemarUna serie de historias de distintas franquicias y shipps, con un tema en común: el amor. Esta es mi participación del FluffTober2024 de la página de Facebook "Es De Fanfics". Franquicias: Aikatsu, Coco, El extraño mundo de Jack, El Gato con Botas, E...