Análisis

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Lo prometido es deuda. Aquí os dejo los dos ansiados capítulos. Advierto que no he tenido tiempo para revisar las faltas de los dos , así que no me responsabilizo de lo que podaís encontraros. ¡Disfrutad! :)

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Cómicas. Resulta que así eran mis amenazas. Reconciliadoras también, pues tras tanto tiempo riendo, la tensión entre Jared y Kevin se había disuelto completamente. Lo que no se había disuelto en absoluto era mi enfado y desprecio hacia los tres. Todavía no podía creer por todo lo que me habían hecho pasar y tan solo por una dichosa prueba. Intuía que Jared había sido el cabecilla de todo  y eso sumado a su escenita anterior, solo hacía que mi ira hacia él, aumentase. Por lo que quedarnos solos los dos en la habitación no era para nada una buena idea. Jess Y Kevin habían salido de la habitación preocupados, tras mirar el reloj.

Me limité a contemplar cualquier rincón en el que Jared estuviese fuera del ángulo de visión.

- ¿Fascinada por las paredes de la habitación? – preguntó sarcástico cuando pasaron varios minutos en los que me negaba a mirarlo.

No le contesté. Menos a un comentario como ese.

- ¿No vas a hablarme? – quiso saber mientras se colocaba frente a mí.

Seguí sin abrir la boca. Ni si quiera merecía una respuesta.

- Genial- contestó molesto. – Sigue comportándote como la niña chica que eres.- con esa frase final se dirigió a la puerta.

- ¡Qué te den por culo! - le solté cuando ya tenía una mano en el picaporte. No podía creer lo que acababa de salir por mi boca. Aquella no había sido yo.

Se giró despacio y reparé en su incredulidad por la manera en la que arqueaba la ceja izquierda. Él tampoco podía creer que aquella hubiese sido yo. Estuve tentada por retractarme, pedir perdón y callarme. Pero no, ya estaba harta. Hasta aquí habíamos llegado. Puede que no fuese una chica con carácter, pero esta situación requería carácter.

- ¿Hay algo que quieras decirme? – preguntó como si nada

- ¿Qué si hay algo que quiera decirte? – repetí alucinada. Una parte de mí, quería guerra, confrontación, taponarle el oído a gritos pero era algo tan desconocido para mí, que opté por luchar contra ella. – Mejor desaparece de mi vista, anda.

- No me voy a ir de aquí hasta que me digas todo lo que tienes que decirme- concluyó al tiempo que se cruzaba los brazos en esa postura tan desafiante, tan suya.

- Jared- pausa. Era como si estuviese controlando mi transformación a Hulk. Iba a estallar en tres, dos, uno. – Vete

- Vamos Kate. Katherine.- se corrigió. ¿Me acababa de llamar Kate? –En algún momento tienes que explotar. Si estás enfadada, dilo. No te va a pasar nada si me gritas, pero por Dios habla de una vez. No puedes guardarte todo eso para ti sola- me urgió alzando el tono cada vez más. Se estaba dirigiendo a esa bestia interna que yo pretendía dormir, y él, despertar.- Necesitas carácter.

Ya está, no podía soportarlo más. Lo había conseguido.

- Necesito que te calles- no me encontré con un rostro enfadado sino con uno triunfante. Esto era lo que quería. - ¿Es esto otra de tus pruebas? ¿Ver si tengo carácter suficiente para qué exactamente? ¿eh?

- Kate – otra vez. Ahí estaba. Me había llamado Kate.- Esto no es ninguna prueba

- ¿Ah no? ¿Y qué pasa, ya te has cansado de hacerme sufrir? ¿No quieres que me vuelva a rajar el pie, ni que me desmaye? Creo que la próxima vez, una bala en el brazo o en la pierna no me vendrían mal. ¿Es así como una se entrena mejor no? También puedo dejar que me violen, díselo al próximo que venga.

SecuestradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora