Capítulo 3: Recuerdos de la arconte

179 26 0
                                    



En lo alto de Tenshukaku, la imponente fortaleza donde reside la Shogun Raiden, reinaba un silencio absoluto. Sentada en su lugar habitual, Ei, la actual Arconte Electro, se hallaba inmersa en una profunda meditación. La quietud envolvía la sala, apenas perturbada por el suave susurro del viento que se filtraba a través de las ventanas. Pero en la mente de Ei, no había calma. Su espíritu, aunque en paz, se agitaba por una tormenta de recuerdos que había intentado enterrar hacía más de quinientos años.

Sin previo aviso, los pensamientos de Ei fueron interrumpidos por imágenes vívidas de su pasado. Su concentración se desvaneció, y lentamente abrió los ojos, mirando fijamente al vacío. "¿Por qué ahora?" se preguntó en silencio. ¿Qué había despertado esos recuerdos, esas emociones que durante tanto tiempo habían permanecido ocultas?

Ei: -Susurrante- Makoto... ¿por qué vuelvo a pensar en ti y en él?

Dejando que su mente se sumerja en el recuerdo, Ei se vio transportada a aquellos días antiguos, mucho antes del cataclismo, cuando Makoto, su hermana gemela, gobernaba como la Arconte Electro. Ei siempre había sido la sombra de Makoto, protegiéndola, luchando en su nombre cuando era necesario. Sin embargo, había algo en Makoto que siempre la hacía destacar. Su calidez, su risa, y sobre todo, su corazón gentil.

En uno de esos días, Makoto había buscado a Ei con un sonrojo en sus mejillas, algo que pocas veces se veía en la radiante y tranquila Arconte.

Makoto: -Nerviosa y sonriente- Ei... hay alguien que quiero que conozcas.

Ei arqueó una ceja, sorprendida por el nerviosismo de su hermana. Aunque las gemelas compartían un lazo inseparable, rara vez había visto a Makoto tan turbada. Makoto, quien siempre parecía estar en control de sus emociones, ahora se veía vulnerable, como una chica enamorada. Y pronto, Ei descubriría el motivo.

Lo vio acercarse, un hombre de presencia imponente, cuyos ojos brillaban con la misma intensidad del elemento Electro. Al principio, Ei sintió una ligera incomodidad, un mal presentimiento. Este era Hares, un Arconte del mismo elemento que ellas, un hombre que exudaba poder y confianza, pero también una oscura intensidad que parecía envolverlo como una tormenta siempre a punto de estallar.

Makoto: -Sonriente, emocionada- Ei, te presento a Hares, mi... prometido.

Esa última palabra resonó en la mente de Ei como un trueno. Makoto, su dulce hermana, había decidido unirse a un Arconte tan enigmático y peligroso. Algo en el corazón de Ei se tensó, como si supiera que la llegada de Hares traería consigo complicaciones, aunque no pudiera definir cuáles.

Al principio, Ei observaba con recelo a Hares. Su figura alta y su porte imponente la hacían dudar de sus intenciones. ¿Cómo había logrado conquistar a Makoto, cuya pureza y bondad eran inigualables? ¿Qué veía su hermana en alguien tan... impredecible? Pero, con el tiempo, Ei no pudo evitar notar algo más. Cada vez que Hares estaba con Makoto, había una suavidad en su mirada, una devoción que lo hacía ver como un hombre completamente distinto al que Ei había imaginado. Makoto brillaba cuando estaba con él, y él, a su manera, parecía encantado por su presencia.

Hares: -Mirando a Makoto con suavidad- Eres como la luz en medio de mi tormenta. No sé cómo has logrado hacerlo, pero siento que contigo, incluso la oscuridad que me rodea es soportable.

A pesar de las palabras cálidas, Ei no podía ignorar la sensación de que Hares traía consigo algo más, algo peligroso. Sin embargo, lo que realmente la desconcertaba era la forma en que, poco a poco, sus propios sentimientos hacia él comenzaban a cambiar. Al principio, había sido simplemente el prometido de su hermana, un hombre que ella debía vigilar. Pero con el paso del tiempo, Hares comenzó a ser algo más para ella.

Rayos Y Petalos: El Juramento De Eternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora