Tal y como había imaginado, le era imposible conciliar el sueño. Minho se había marchado a la capital hace catorce horas. Y aunque todo había marchado de maravilla durante el día, al caer las noche, todos los temores y malos pensamientos azotaron la cabeza del rubio, uno tras otro. Y el viento de aquella noche, no hacía mejor el panorama.
No sabía cuánto tiempo llevaba despierto, dando vueltas en la cama. Tal vez una hora. Tal vez dos. Tal vez cinco. Ni siquiera sabía qué hora era.
De pronto, un ruido extraño llamó su atención. Escuchó unos pasos en el primer piso y el sonido de una puerta cerrándose. Eso hizo que el corazón casi se le saliera del pecho. Lo primero que hizo, fue sentarse de golpe en la cama, sopesando las muchas opciones. Creyó que podría tratarse de su imaginación o de los sonidos del viento. Si, eso era. Se tranquilizó. Había visto muchas películas de asesinos seriales últimamente, por lo que creyó que su imaginación le estaba pasando la cuenta. Empero, cuando escuchó nuevamente aquellos pasos, con total claridad, descartó aquella idea. Había alguien en casa.
El miedo invadió el cuerpo de Luhan. Era la primera vez que sentía tanto miedo desde la muerte de su padrastro. No obstante, en vez de paralizarle, el muchacho se armó de valor, salió de la cama y se encaminó escaleras abajo. Estaba harto de sentir miedo. Por una vez, quiso enfrentarlos.
A mitad de camino, se lamentó el no haber cogido alguna cosa que le sirviera de arma, pero ya era demasiado tarde. No podía regresar de vuelta a su habitación sin alertar al sospechoso.
A lo pies de la escalera, notó una silueta. Alguien estaba sentado en el sofá junto a la enorme ventana. Aquella escena, la silueta de un hombre, con los árboles bailando debido al viento y la oscuridad inundando el lugar, le resultó terrorífica. Empero, no sintió miedo. Entonces cayó en cuenta, de que por primera vez en bastante tiempo, no había estado pensando en el pelinegro antes de conciliar el sueño. Así, convencido de lo que sus ojos veían, apretó el interruptor a los pies de la escalera y encendió la luz, iluminando todo el living de la casa.
Allí, por primera vez en dos años, volvió a ver al pelinegro.
—Ha pasado un buen tiempo, bonito, pero tratos son tratos. Te lo dije esa vez: una vez que cumpla tu petición, volveré por ti.
...
Luhan no podía creer lo que sus ojos veían. Al punto, en que tuvo que parpadear en repetidas ocasiones y restregar sus ojos para comprobar una y una vez que delante suyo se encontraba el hombre que le había salvado la vida tiempo atrás.
—¿No dirás nada? Al menos, creo que deberías saludar al hombre que te sacó de aquel infierno —dijo el asesino de su padrastro, empero el muchacho estaba atónito de pie junto a la escalera. Ante aquello, el pelinegro sonrió —Vale, sé que ha pasado un buen tiempo, pero dar con todos esos tipos me tomó más trabajo de lo que creí. Sin embargo, ya no hay rastros de esos videos tuyos. Te doy mi palabra. Y sobre estos tipos, no tienes que preocuparte, están todos muertos.
—¿Los mataste...?
—¿No era eso lo que querías? Me parece que eso fue lo que pediste cuando me dijiste "deshazte de ellos".
—¡Me refería a los videos...! —dijo el más joven, alarmado.
—¿O sea que querías que esos sujetos vivieran?
Luhan no respondió. En realidad, le parecía que muertos, esos tipos no podrían dañar a nadie más. Aunque no sabía muy bien qué pensar al respecto. No le agradaba la idea de, prácticamente, ser el autor intelectual de una serie de crímenes.
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EN LAS MANOS DE UN ASESINO (HUNHAN)
FanfictionUna noche, la vida miserable de Luhan da un vuelco. Frente a sus ojos, una escena que no debió haber visto cambiará su vida para siempre. Aquella noche, un sujeto, un asesino; Oh Sehun, se convertirá en su salvador. O quizás, en más que eso. Una hi...