EN LAS MANOS DE UN ASESINO (HUNHAN)

Capítulo 25

El sábado por la mañana, Luhan se levantó a desayunar un poco más tarde de lo usual. Debido a los acontecimientos de la madrugada, no había podido pegar un ojo, lo que quedó en evidencia al instante en que Minho observó sus ojeras. Observó al muchacho con rostro cansado y pensativo, incapaz de masticar su desayuno, pues algo que el mayor no logró dilucidar a simple vista se apoderaba en ese momento de su cabeza.

—¿Todo bien, Lu? —le preguntó Minho al cabo de un rato, mientras preparaba su café matutino. Usualmente el desayuno de Minho consistía solo en eso; café.

Luhan se limitó a asentir ante su pregunta, pero eso no convenció al mayor, de modo que se sentó frente al muchacho.

—Luhan, te conozco perfectamente. Dime qué ocurre.

—No es nada.

Minho soltó un suspiro.

—Sé que estos últimos no han sido los mejores y hemos tenido un par de discusiones, pero, Lu...sabes que puedes confiar en mí. Somos familia ¿Recuerdas?

—Hyung —habló Luhan, alzando la mirada por primera vez hacia su hyung —No soy yo quien oculta cosas.

—¿Qué dices?

—Todo este asunto con Sehun no tiene sentido. Primero me dices que no te agrada y luego cuando me ves con él no dices nada, pero es obvio que lo detestas por algún motivo. ¡Me llevaste a Japón para alejarme de él, no soy tonto! Y esa vez en el bosque...¡Lo primero que preguntaste es si alguien me había hecho daño! ¡Creías que había alguien ahí, por eso disparaste...! Sin contar el hecho de que tienes un arma en casa, como si temieras que algo pudiera ocurrirnos. Así que, sí, hyung, tuve una noche de mierda, pero eso no es lo único que me preocupa. Quiero saber que está ocurriendo. Eres tú quien debería decirme qué ocurre, porque estoy seguro de que...lo que yo sé sobre Sehun, tú ya lo sabes. Y eso me lleva a hacerte la siguiente pregunta: ¿lo conocías de antes?

Choi Minho se quedó helado, estático en su asiento, sin saber qué decir. Jamás llegó a pensar que el rubio pudiera atar cabos por su cuenta de aquel modo. Lo cierto, era que Luhan había estado esperando por el momento adecuado para soltar todos sus cuestionamientos, los que tenía desde hace algunos días. 

—Yo...Verás, Lu —se animó Minho a hablar luego de un rato, empero, por mucho que quiso en un inicio, no fue capaz de confesarle la verdad al muchacho, por diversos temores —Es cierto que ese tipo no me gusta y detesto verlos juntos. Si no digo nada cuando te veo con él, es porque puedo notar que a ti si te gusta, como tu amigo, o lo que sea. De cualquier modo, es todo lo que puedo decirte. No hay más. No lo conozco de ninguna parte. Y sobre lo que ocurrió esa noche, ya te expliqué: tengo el arma por precaución y creí que había alguien en el bosque. No sé qué más quieres que te diga...

—Así como tu me conoces, hyung, yo también te conozco. Puedo ver que me estás mintiendo.

—Lu, eso no...

—Olvídalo —espetó el muchacho, para enseguida ponerse de pie y marcharse hacia su habitación.

Quería estar solo.

...

El resto del día no cruzaron palabras, ni siquiera durante el almuerzo. Durante la tarde Minho sacó a pasear a Wolf, momento que Luhan aprovechó para sentarse a estudiar aunque fuera un poco, pues sus exámenes de ingreso estaban a la vuelta de la esquina y había dejado bastante de lado los estudios. Sin embargo, sus deseos de estudiar se vieron interrumpidos, pues no encontró su libro de ciencias sociales.

Lo buscó durante un buen rato, hasta que pronto recordó que la última vez donde lo vió, fue en la habitación de Minho hyung, un par de semanas atrás, pues éste le ayudaba a estudiar cada tanto aquella materia. De modo que Luhan se dirigió al cuarto de su hyung para tomar el libro.