Capítulo 16

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Cuando Luhan se levantó a la mañana siguiente, un poco más temprano de lo usual debido al bullicio y los ladridos de Wolf, observó que en la sala había dos maletas de viaje y que el castaño se encontraba sentado en la mesa, delante de su computadora. Le pareció curioso que aquel día, viernes, Minho se hubiera ausentado al trabajo, pues a esas horas, se suponía que éste se hallaba en su oficina, en Daegu.

—Que bueno que ya despertaste, Lu —le dijo el castaño, en tanto observó al muchacho soñoliento de pie junto a la escalera, dedicándole una sonrisa.

—¿Qué es todo esto, hyung? ¿Vas a algún lado? —preguntó el muchacho, preocupado, pues no quería quedarse solo nuevamente.

—Si, contigo. Nos vamos de viaje. Por cuestiones de trabajo no puedo ausentarme demasiado, pero aún así, me las arreglé para pedir dos semanas de vacaciones. Así que, arma tu maleta rápido, nuestro vuelo sale en la tarde y debemos llegar a Busan antes de eso.

—Espera...¿Qué? —musitó Luhan, sin poder creer lo que escuchaba. Le pareció demasiado repentino y extraño que su hyung planificara un viaje sin notificarle nada. De hecho, hasta se sintió un poco molesto —Pero, hyung...¿Hablas en serio? ¿Un viaje justo ahora? No lo sé, yo...Debiste avisarme antes. Además, Wolf...

—No te preocupes por Wolf, una de mis colegas de la oficina vendrá a cuidarlo. Le encantan los animales —dijo Minho, a la vez que cerraba su ordenador —Acabo de alquilar una cabaña en Hokkaido. Te va a encantar. La temporada de nieve se adelantó allí, así que podremos esquiar. Ya verás, haremos un montón de cosas y...

—¡Minho hyung! —habló Luhan, alzando su tono de voz, interrumpiendo al otro, con molestia en su expresión —Creí que iríamos de viaje luego de mis exámenes de ingreso. En eso habíamos quedado.

—Lo sé, pero aún falta para eso y creí que distraerte un poco te vendría bien. De todos modos podemos viajar luego de los exámenes como lo planificamos, no te preocupes por eso —le dijo Minho, para a continuación acercarse al muchacho y apoyar sus manos en los hombros de éste. El rubio hizo una mueca de disgusto —Vamos, Lu...será divertido. Además, hace unos días me dijiste que tenías ganas de esquiar. ¿Cuál es el problema?

—Ni siquiera me preguntaste.

—Quería darte una sorpresa.

—Aún así...

—¿Es por ese tipo? ¿Por Oh Sehun? ¿Es por él que no te quieres marchar? —inquirió Minho de pronto, con seriedad en su rostro, a lo que el rubio simplemente desvió la mirada sintiendo sus mejillas arder, lo que no pasó inadvertido para el castaño. Éste soltó un pequeño suspiro antes de hablar —Todo esto es mi culpa. Es por dejarte tanto tiempo solo...¿Es eso, verdad, porque te sientes solo? ¿Por eso te estás aferrando al primer tipo que conoces de un día para otro?

—¡Hyung! —exclamó el rubio, sintiéndose ofendido. Y al ver su expresión, Minho supo que la había cagado.

—Lo siento...No quise decir eso. Es solo que, ese tipo, no me gusta.

—No lo conoces,

—¿Acaso tu si? —dijo Minho, a lo que el otro no respondió, porque...¿qué podía decir? En efecto, apenas si conocía a Sehun.

Rendido, porque no le gustaba discutir con el menor, Minho lo rodeó con sus brazos y volvió a suspirar.

—Discúlpame, Lu. Lamento no haberte dicho nada...pero, como te dije, solo quería sorprenderte. Voy a cancelar los vuelos y...

—No, hyung, olvídalo. Ya organizaste todo —dijo Luhan, correspondiendo el abrazo de su hyung, porque tampoco le gustaba discutir con él —Además, es cierto que quiero esquiar.

Choi Minho esbozó una enorme sonrisa.

—Ya verás, Lu. Nos vamos a divertir un montón.

Luhan no dijo nada, sino que solo asintió.

Después de todo, pensó el muchacho, su hyung solo quería lo mejor para él y le pareció que, en realidad, le vendría bien un cambio de aires. Además, pasar tiempo con Minho, siempre era bastante grato. Lo único que le molestaba, era que no podría ver a Sehun y tampoco podría cumplir con su parte del trato por algunos días. Ni siquiera tenía su número de celular para avisarle o algo por el estilo. Empero, no podía rechazar a Minho. No cuando él se había portado tan bien durante todo este tiempo. Se lo debía. O eso sentía el muchacho.

...

Sehun regresó a su casa a eso de las ocho de la noche. Furioso. Tremendamente iracundo. Al punto en que la puerta y paredes de su guarida pagaron las consecuencias. ¿Y cómo no estarlo? Hace diez días que no sabía nada del menor. No había rastros de él. Apenas el perro y una mujer que a diario visitaba el hogar el rubio, quien aquel día, recién, le había confirmado que el muchacho se encontraba bien, de vacaciones en Japón junto a Choi Minho.

El pelinegro no sabía que le molestaba más, si eso, que el muchacho se encontraba con Choi Minho, feliz de la vida mientras él se moría de la preocupación al no saber nada, o si le molestaba más el hecho de que Luhan no estuviera cumpliendo con su parte del trato, porque en esos momentos, se estaba muriendo de hambre y de sed. Necesitaba sangre. Necesitaba su sangre.

Sin poder soportar más la sed, el pelinegro rebuscó en su nevera algo que no fuera cerveza, con la esperanza de que allí hubiera un poco de sangre guardada, más no tardó en recordar que desde hace más de un mes que no compraba bolsas con sangre, porque ya no las necesitaba supuestamente. Allí no había nada que pudiera aliviar su sed, por lo que, iracundo, cerró la nevera de un portazo.

Estaba tan desesperado, que pensó en ir hasta el centro de Daegu y buscar, entre los bares o discotecas, a alguna persona que lo dejara beber de su sangre, pero el solo hecho de pensar en eso le causaba náuseas, porque sentía que luego de haber probado la sangre del rubio, todo lo demás sabía a mierda. Además, no era sencillo que alguien accediera a darle un poco de su sangre, normalmente, primero debía follarse a esa persona.

—Me voy a volver loco...maldito Luhan —musitó, mientras se movía de aquí para allá sin saber qué hacer.

En ese instante, tenía solo dos opciones: o buscaba a alguna persona con gustos extraños por aquella noche, o se limitaba a cazar a algún animalito del bosque. No sabía cuál de las dos ideas le gustaba menos. Hasta le parecían opciones denigrantes.

Finalmente, optó por la primera.

De modo que se arregló un poco, se bebió de un solo sorbo una de las cervezas que tenía en su nevera y, en cosa de minutos, se montó en su motocicleta dispuesto a saciar su hambre y su sed aquella noche.

Ya se las iba a ver ese mocoso ingrato a su regreso, pensó Sehun, enojado.

Las cosas no se iban a quedar así.

Hola Hunhan shippers! ¿Qué tal están?

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Hola Hunhan shippers! ¿Qué tal están?

Díganme que les pareció el capítulo de hoy, tengo curiosidad! 

¿Qué opinan de que Minho se haya llevado a Luhan a Japón medio por la fuerza? No sé ustedes, pero yo me hubiera ido sin pensarlo JAJAJAJAJA

owo

Nos leemos pronto!

EN LAS MANOS DE UN ASESINO (HUNHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora