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—Mírame, Emilian— indicó su padre con voz de alfa.

Su cuerpo estaba temblando tratando de asimilar lo que tenía frente a sus ojos, su alfa estaba en shock porque en ningún momento hizo algo. Su padre le hizo tomar un arma, se sentía pesada y muy fría que su piel se erizó.

Emilian había cumplido dieciséis años y estaba listo para entrar al negocio de su padre, por lo que ahora tendría que comenzar a manejar las armas de todo tipo, él no quería porque claramente estaba asustado pero estaba consciente de que algún día tenía que suceder. Algún día el próximo líder sería él.

—. Debes dispararle justo aquí— indicó la frente del hombre moribundo.

Los ojos azules de Emilian se hicieron enormes al ver bien aquel alfa, amarrado de una silla del torso, los ojos vendados, demasiado herido, y signos de tortura. Levantó el arma con los brazos estirados, le temblaba las manos, cerró los ojos, sin hacerlo esperar disparó acabando con su sufrimiento, cuando escuchó aquel estruendo dio un brinco abriendo sus ojos de golpe y sintiendo una ansiedad en el estómago. Su padre lo calmó frotando su espalda sonriendo el trabajo que había hecho su hijo, su heredero. Indicó que se llevarán el cuerpo y nuevamente se dirigió a Emilian.

—Debes saber que está no será la única ocasión que hagas esto. Recuerda que si algún hijo de puta llegue atentar contra mi vida serás tú quien vengue mi muerte, también estarás al frente del negocio y lo harás crecer mucho más. Serás el futuro líder, Emilian.

Cada palabra, cada acción que se hizo ese mismo día quedó marcado en la vida del alfa, y quedó aún más cuando las palabras de su padre fueron reales.

Después de haberle arrebatado la vida de una manera tan desgarradora, la mirada de Emilian estaba vacía y tranquila sabiendo que le cumplió a su progenitor lo que le ordenó antes de morir. Le dio el último tiro en la frente cuando disparó por primera vez, levantó la mirada hacia todos los alfas que lo miraban con respeto porque había derrotado al alfa líder y ahora eran parte de él.

—Acatarán todo lo que yo les diga— dijo un Emilian de veintiún años—. Y si alguno se quiere revelar dígalo ahora para que terminen igual que este bastardo.

Todos los alfas hicieron una reverencia ante él, ahora la mafia de Emilian había crecido lo doble y la mercancía era exportada a muchos puntos de no solo en el país sino también en algunas partes del mundo. Mad  como ahora se había apodado era el mafioso más buscado y temido por todo el país después de darse a conocer por más acciones que hizo por querer ser robado, traicionado e incluso querer tener su puesto. 

Su mirada seguía perdida y volviendo a recordar su pasado lo hacía volver a tener ese nudo en el estómago, no estaba para nada orgulloso de lo que era actualmente, sin embargo, no tenía otra alternativa, era obedecer a su padre o simplemente que s...

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Su mirada seguía perdida y volviendo a recordar su pasado lo hacía volver a tener ese nudo en el estómago, no estaba para nada orgulloso de lo que era actualmente, sin embargo, no tenía otra alternativa, era obedecer a su padre o simplemente que se deshiciera de él. Al principio todo fue una tortura, las constantes pesadillas era estar en el mismo infierno pero después de que se acostumbró todo aquello solo eran simples sueños. 

Labour | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora